Psiquiatría

La psiquiatría es la rama de la medicina dedicada al estudio de los trastornos mentales que evalúa, diagnostica, trata y rehabilita a las personas que los padecen, asegurando su autonomía y adaptación a las condiciones propias de su existencia. Al ser una disciplina médica, tiene como elemento fundamental la realización de un diagnóstico para distinguir trastornos mentales y alteraciones de la conducta producidas por otras causas.

Principales razones para acudir a terapia con un psiquiatra

Depresión: Sentirse deprimido o con menos ánimo puede ser algo importante. Las personas pueden tener síntomas depresivos de leves a severos, como tristeza, llanto, alteraciones del sueño y alimentario, falta de deseo de hacer las cosas, irritabilidad, entre otros. La depresión es una condición que podría disminuir la calidad de vida las personas y familiares.

Ansiedad: Sentirse ansioso en determinados momentos es normal. Sin embargo, cuando estos niveles están aumentados de manera sostenida o se presentan sin una razón aparente, pueden representar un trastorno de ansiedad. Esto puede aparecer como una preocupación excesiva, angustia, desesperación, síntomas físicos, entre otros.

Pánico: Ocurre cuando la persona siente que sin ningún motivo aparente, comienza a presentar palpitaciones, falta de aire, dolor torácico, angustia, mareos, náuseas, sensación de muerte inminente o de que se va a volver loco. Tiene una duración de 10-20 minutos y rara vez llega a 1 hora. Puede estar acompañada de agorafobia, que es miedo a salir de la casa o estar en algún lugar de donde no pueda salir corriendo o no se pueda recibir ayuda si se presentan los síntomas del pánico.

Fobias: Es un miedo que el paciente reconoce como irracional ante una situación social (por ejemplo hablar en público) o situaciones específicas (aviones, sangre, animales), lo que desencadena los síntomas de ansiedad.

Bipolaridad: Se puede desarrollar con episodios depresivos, hipománicos, manicos o mixtos, intercalados con periodos de aparente normalidad, en los cuales la persona puede integrarse en las actividades laborales, sociales académicas y familiares. Estas personas en episodios manicos pueden presentarse con estados de ánimos elevados, ideas de grandeza, regalar las cosas, tornarse agresivos, poner su vida en peligro a las de las personas de su entorno.

Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos: Estas personas pierden el contacto con la realidad y pueden presentar alucinaciones auditivas, ideas de daño o persecución, un lenguaje o comportamiento desorganizado, alteraciones en el afecto, entre otras. Además necesitan una medicación y una vigilancia de cerca por el psiquiatra, debido a que pueden deteriorarse rápidamente.

Adicciones: La dependencia a cualquier sustancia implica síntomas que envuelven a todo el sistema familiar. Estas personas pueden presentar síntomas depresivos, ansiosos y/o psicóticos. La búsqueda de la sustancia a la cual se es dependiente puede llevarla a incurrir en actos que antes no sería capaz de hacer, como robos y mentiras. La intoxicación o abstinencia de la sustancia debe ser manejada por un psiquiatra.

Alteraciones del control de los impulsos: Entre estos tenemos la tricotilomania (arrancárse el cabello), explosivo intermitente, piromanía (crear incendios), cleptomanía (hurtos), ludopatía (juego patológico), compras compulsivas, adicción a internet, entre otros. Necesitan un manejo multidisciplinario por la complejidad de sus síntomas y relaciones.

Trastornos de personalidad: Todos los individuos tienen rasgos de algunos trastornos de personalidad. Cuando estos rasgos son lo suficientemente importantes aparece este tipo de trastornos que pueden ser la razón de tener problemas en sus relaciones interpersonales. Son personas rígidas y tienden a responder como lo indica el trastorno con el cual cumple criterios.

Trastornos de la alimentación: En estos casos puede existir una restricción completa de la alimentación; atracones de comidas, seguidas de provocación del vómito o conductas compensatorias (ejercicios excesivos, uso de laxantes); o simplemente atracones de comida.

Trastornos del sueño: Estos abarcan una serie de alteraciones que tienen que ver con la calidad del sueño (insomnio, narcolepsia, hipersomnia, apnea del sueño) o con situaciones propias del sueño (pesadillas, terrores nocturnos, movimientos de los miembros).

Trastornos cognitivos: El delirium, la demencia y los trastornos amnésicos se conocen como trastornos cognitivos y se caracterizan por alteraciones importantes de la memoria, el juicio, el lenguaje y la atención.

Aplicaciones y Tratamientos

La psiquiatría suele adoptar un modelo médico para afrontar los trastornos mentales, pero considera tanto los factores biológicos como psicológicos, socio/culturales y antropológicos. Su objetivo es el estudio de la enfermedad mental, los efectos bioquímicos y ambientales sobre la dinámica del comportamiento y cómo interaccionan con el organismo para enfrentarse al mundo.

Los tratamientos psiquiátricos suelen dividirse en dos tipos: biológicos y psicoterapéuticos.

Los biológicos son aquellos que actúan a nivel bioquímico en el cerebro del paciente, como es el caso de los medicamentos y la terapia electroconvulsiva.

Los psicoterapéuticos son aquellos que se valen de técnicas como la psicoterapia para mejorar la condición del paciente. Abarca los trastornos  psicóticos, del estado del ánimo, de ansiedad, somatomorfos, disociativos, del control de los impulsos, uso y abuso de sustancias, cognitivos, del sueño, alimentario, sexual, retraso mental y del desarrollo y de personalidad.

Los psiquiatras manejan situaciones que le pueden ocurrir a cualquier persona, no solamente a las que han perdido completamente la razón o el juicio. No hay que tenerle miedo a este especialista ya que los padecimientos que trata, los atiende como cualquier otra enfermedad mejorando la calidad de vida de las personas que la padecen y de sus familiares.