El duelo Un proceso tan humano como la vida misma
Hablar de duelo es un tema con el que todos nos podemos identificar, pasar por un divorcio, por la pérdida de un ser querido, de una mascota, o el cierre de nuestro negocio, implica un duelo. Si has pasado o estas pasando por uno, es importante comprenderlo ya que te ayudará a sobrellevarlo mejor y también te edificará para ser un mejor acompañante para otros que estén pasando por lo mismo.
Tratando de definir el duelo de manera general podemos decir que es la reacción física, psicológica y social ante la pérdida de algo o alguien con quien se tiene un vínculo afectivo cercano, Bowlby, 1961, Parkes & Weiss, 1983, Kübler 1962. Algunos de los factores que inciden directamente en el proceso y en la duración del duelo son: el tipo de muerte, la naturaleza del apego, las circunstancias de la pérdida del vínculo, variables sociales, quién es la persona, características de la personalidad, entre otras.
Basándonos en que el duelo es un proceso no lineal, algunos autores que han investigado el tema, han logrado segmentar sus etapas, de cara a lograr una mejor intervención terapéutica fundamentada en el momento preciso en el que llega un paciente a consulta. En lo particular me gusta referirme a las etapas que nos propone Elizabeth Kübler:
La etapa de negación viene caracterizada por un estado de shock ante la noticia, un período arropado por la incredulidad sobre lo sucedido. Luego le sigue la etapa de la ira, en la que la persona se siente aturdida, tensa e impotente. Estas dos primeras etapas son las de menor duración. En la fase de negociación el individuo va realizando ajustes en su cotidianidad, adaptándose a su nueva realidad. Ante tanta inminencia sobre la situación de pérdida, la persona hace consciencia y comienza a aflorar la desesperanza, el desorden y el aislamiento social, siendo esta la fase más desafiante del duelo, la depresión. La última etapa Kübler la determina como la fase de aceptación, en esta el individuo ha ido integrando paulatinamente nuevas rutinas y motivaciones de cara al futuro.
Tipos de duelo:
Duelo funcional: Es el que pasa por todas las fases del duelo y logra recuperar el ritmo de su vida, aceptando su nueva realidad, este proceso en promedio dura un año y varía según las circunstancias de la pérdida.
Duelo complicado: El duelo complicado se caracteriza por la intensidad y la duración del dolor. Se estaría hablando que al cabo de un año o más la persona puede permanecer sin mejoría, sintiéndose estancado y depresivo, dedicando más energía a la pérdida que a su presente o futuro, trastornando así su funcionalidad cotidiana. Siempre debemos tomar en cuenta a la hora de hablar de un duelo complicado, las variables de personalidad y circunstancias sobre la pérdida, para poder hacer una correlación sintomatología-tiempo.
Duelo anticipado: Es el duelo en el que el individuo comienza a sentir tristeza desde antes de la pérdida física o material. Se da en el caso de la pérdida inminente de un ser querido por una enfermedad terminal.
Duelo retardado: Es el duelo que no presenta afectación en la persona en sus primeras fases, el individuo tiene dificultad para expresar sus emociones, las evita o no tiene el tiempo para dedicarle al proceso en el momento de la pérdida. Por ejemplo, un padre que ha perdido a su esposa y debe ocuparse del hogar e hijos y siente que debe ser fuerte para sostener a todos.
Duelo Ambiguo/ desautorizado: Este viene determinado cuando no se tiene el derecho social aceptado para estar en duelo. Este duelo se complica pues precisamente una de las formas de sanación es compartir el dolor y sentirse validado. Por ejemplo, la muerte de un amante o cuando alguien está desaparecido y no se sabe si la persona está viva o muerta (no hay cuerpo).
Duelo Enmascarado: Aquí el individuo presenta somatizaciones y conductas que le causan dificultades, pero no las relaciona a la pérdida. Suelen ir a médicos y no encontrar nada de relevancia.
Lo que creemos sobre el dolor…
- “El tiempo lo cura todo”
No es solo apelar a que el tiempo pase, es cómo lo invertimos.
- “Expresar tu dolor te hace más daño”
Lo que si hace daño es sufrir callado.
- “Expresar tu dolor le hace daño a los demás”
Sentir aflicción cuando alguien nos está compartiendo su dolor es natural y forma parte de relacionarnos afectivamente con los demás.
Para saber acompañar a alguien que está pasando por un duelo, o para sencillamente dar un pésame es importante saber qué decir y qué no, pues algunas frases pueden llegar a ser contraproducentes, por lo que sería muy valioso aprender a sustituir las frases que “no” por las que “si”.
Qué decir…
“Siento mucho por lo que estas pasando”
“He pensado en ti todos estos días”
“Seguro que le echas de menos”
“´¿Cómo te sientes? ¿Quieres hablar?”
“Me gustaría acompañarte un momento, si quieres en silencio, si quieres hablamos”
Qué no decir…
“Ahora tienes que ser fuerte”
“Ahora ya no sufre”
“Ahora te harás más fuerte”
“Así es la vida, todos vamos a morir”
“Recuerda que hay personas que están peor”
Cómo cuidarme cuando estoy en duelo
Cuidarte implica invertir tu tiempo en hacer el duelo, vivirlo, compartirlo, escribirlo, recordarlo. No es tiempo de ser fuerte, no es tiempo de poder con todo. Es tiempo de permitirse ser vulnerable, de aceptar ayuda, de compartir tu dolor y también de procurar tu espacio íntimo, de desacelerar el ritmo de tu vida y de ahorrar tu energía para con los demás.
Es importante que en este tiempo cuides tu alimentación, tu descanso, que hagas ejercicio y que tengas contacto con la naturaleza. Evita tomar decisiones importantes, y si son necesarias hazte acompañar de alguien en quien confíes. Has un listado de cosas positivas de tu vida, elige con qué objetos te quieres quedar y con cuáles no. Busca cosas que te nutran espiritualmente, lee sobre duelo, realiza actividades creativas y de mindfulness.
Lecturas recomendadas:
- El mensaje de las lágrimas: Guía basada en 20 años de experiencia a acompañando a personas en duelo.
Alba Payas
- El camino de las lágrimas: Autosuperación luego de una pérdida
Jorge Bucay
- La rueda de la vida: Una mirada espiritual sobre la vida y la muerte
Elizabeth Kübler