Empoderamiento y pareja
Una persona empoderada es aquella que decide confiar en sus talentos, en su responsabilidad sobre su propia vida y sobre lo que puede gestionar en sus intereses. Lamentablemente muchas personas interpretan de manera errada el término “empoderamiento” asumiendo que se trata de “cortar cabezas”, es decir, presionan a la pareja.
Varias parejas están en crisis llegando inclusive a la separación porque uno de sus miembros ha asumido un discurso y accionar donde se coloca por encima de la pareja, esta idea de la pareja le “estanca” siendo falsa o que sin la pareja podrán llegar más lejos (debo aclarar que este supuesto estancamiento se debe a que ese miembro no le apoya en proyectos carentes de sentido, orden y estructura en el cual claro que será un fracaso). Este espíritu de un falso poder da como resultado personas que dejan de lado lo realmente importante que es la familia.
Ciertamente las mujeres hemos vivido discriminación y violencia, ganar la visibilidad costó sangre sudor y lágrimas de cientos de mujeres que lucharon y aun luchan por nuestros derechos. Pero debemos tener una mirada muy objetiva sobre ser una persona con dignidad y derechos o ser alguien que para hacer valer dichos derechos quebrante los derechos de la pareja, haciendo uso de un mal llamado “empoderamiento”.
Establecer relaciones de pareja requiere saber y aceptar que ambos miembros de la relación tendrán que ceder en distintos escenarios y que ese ceder no significa “perder”. Lamentablemente algunas mujeres entran en una competencia (estéril por demás decir) con su pareja sobre tener siempre la razón, donde además adquieren un lenguaje hostil para defender su punto de vista.
Aclaro que aunque se hace mención de la mujer, no es un tema que solo atañe a mujeres sino a hombres también, hago alusión al termino “empoderamiento” pues el mismo se ha manejado desde el escenario femenino.
Las relaciones de pareja se construyen desde la integración y entendimiento de que los roles de género no pueden ni deben ser rígidos, sesgados y estereotipados, que simplemente se trata de dos personas en igualdad y equidad de posición, donde ambos son personas EMPODERADAS y que desde ese poder van a asumir el rol con el cual se tenga la competencia para hacerlo, ejemplo de esto: quien maneje mejor las finanzas lo hará sin importar si es el hombre o la mujer, quien mejor o quien tenga tiempo para cocinar esa persona lo hará, porque el estar preocupado y ocupado en las tareas domésticas no es un rol de hombre o mujer, esto es un oficio de ambos.
Las relaciones que asumen que el poder dividido en ambos miembros del vínculo conyugal asegura un mejor entendimiento u éxito de la pareja.
Imagen: www.todoparaellas.com