Soy hombre y fui abusado sexualmente
El abuso sexual infantil es una de los grandes traumas por lo que atraviesa un ser humano. Ocurre cuando un niño, niña o adolescente es utilizado para la estimulación sexual de su agresor/a (un adulto/a conocido/a o desconocido/a), el abuso sexual es esa interacción con intención sexual que va desde el exhibicionismo hasta la penetración. Es importante señalar que desde el mismo momento que este adulto elige a la victima e inicia un acercamiento seductor hacia el menor ya se está dando la dinámica abusiva.
El abuso sexual se divide en incestuoso y no incestuosos, cuando hablamos de incesto se hace referencia a que la persona abusiva es un miembro de la familia o en otros casos una persona muy cercana a la familia. Los casos de no incesto son aquellos que el perpetrador no es un miembro de la familia. El 85% de los casos de abuso sexual el depredador sexual en un miembro de la familia o alguien muy cercana a la misma.
El abuso sexual tiene etapas (salvo los casos donde el abuso se da de manera repentina, tales como una violación, este abusador aprovecha un momento para agredir a la víctima, generalmente la familia no conoce o no tiene ninguna relación con esa persona). Las fases del abuso son:
Fase de seducción: En ésta, el abusador manipula, seduce y se va ganando la confianza del niño o niña, donde al principio la interacción es muy “inocente” pues se acerca con regalos, frases de motivación y validación hasta que el menor confía plenamente en el abusador, luego el depredador va incitándolo a participar de actos abusivos, que él presenta como un juego o como un comportamiento normal. El abusador toma las precauciones para elegir el momento y el lugar adecuados en que iniciará el ciclo del abuso.
Fase de interacción sexual abusiva: Lo más usual es que el abusador comience mostrando sus genitales como gestos de exhibicionismo; mirando cuando el niño o niña se desnuda, se baña o se cambia de ropa, continuando con manoseos de cualquier zona del cuerpo incluyendo los genitales de la víctima; u obligándole a tocar sus genitales, en ocasiones realiza actos masturbatorios en su presencia, algunas otras veces le pide que realice sexo oral y/o realiza penetración con los dedos del orificio anal y/o vaginal.
Fase del secreto: La persona que abusa impone la ley del silencio mediante amenazas. Esta fase comienza casi al mismo tiempo que las interacciones sexuales. Otra fase es la Divulgación del secreto, esto ocurre cuando alguien descubre casi siempre por accidente el abuso sexual y sale a la luz toda la situación, lamentablemente en muchas ocasiones esta fase hace más daño que el mismo abuso, pues se produce una especie de explosión y el menor es expuesto a la re victimización, donde es cuestionado de las razones por las cuales no denuncio lo que sucedía. Si el abuso sexual es de tipo incestuoso, en muchas familias se da un fenómeno llamado “cohesión familiar” donde luego del escándalo se presenta un silencio y se vuelve un secreto familiar el abuso pues se debe preservar “la unión familiar” a toda costa, siendo esto un factor que agrava el trauma para la víctima.
Como sociedad machista se asume que solo las niñas son víctimas de abuso sexual, de allí que “cuida a la niña, las niñas no se sientan en las piernas de hombres, las niñas no juegan con los varones, llévate a la niña, no dejes sola a la niña” estas ideas solo se enfocan que las hembras pueden ser víctimas, ¿pero y los niños? Se asume con esto que los niños o no son presa de los abusadores o como por arte de magia se pueden defender del abuso sexual. Ideas altamente peligrosas para los varones, pues los deja a merced de los depredadores sexuales.
Los varones sufren (actualmente son estadísticas casi igualitarias a las niñas) de ser víctimas de acoso, con la complicación que los abusadores normalizan el abuso, haciéndoles creer que con esas interacciones sexuales se harán “hombres”, o llevando a los adolecentes a los prostíbulos para que se hagan “adultos” en la medida que sostiene relaciones sexuales y toman alcohol.
Las secuelas del abuso sexual en los niños son idénticas a la de las niñas, en consulta vemos a hombres que fueron víctimas de abuso sexual con graves problemas de confianza, dificultad para establecer un vinculo emocional de intimidad con la pareja, vemos adicción al sexo, vemos depresión y trastorno de estrés pos traumático.
Asistir a terapia es indispensable, pues muchas veces ni siquiera saben que fueron víctimas de abuso y en terapia lo descubren. El silencio vergonzoso es un factor presente en las víctimas de abuso y en lo hombres más, pues bajo la idea de que por ser varones deberían protegerse aún más.
La victima jamás será responsable del abuso, en terapia se trabaja para sanar el trauma y aprender a vincularse desde en buen trato hacia sí mismo y hacia los demás.
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