Hijos enérgicos ¿Qué hacer con ellos?
Los seres humanos por naturaleza poseemos energía, la energía es la capacidad de actuar física y mentalmente para producir cambios o transformaciones, sin embargo, su nivel e intensidad es distinta en cada individuo, como las huellas dactilares. Actualmente, es bastante común que los padres se sientan agobiados cuando tienen hijos con un nivel de energía superior, por lo que generalmente tienden a sentirse molestos, cansados y en muchos casos frustrados.
El ritmo social actual demanda que seamos mucho más enérgicos de lo que solíamos ser y los pequeños desde que nacen están expuestos a un ambiente mucho más movilizado, en donde la estimulación tiende a darse de forma directa y aprenden con más rapidez. Aunado a esto está el hecho de que, al darse mayor importancia a la infancia, se han realizado estudios que nos han permitido valorar la estimulación como un elemento favorable para el desarrollo.
Si bien es cierto que los estímulos externos favorecen al niño y su energía, los factores genéticos tienen más fuerza, por lo existe en ellos ya componentes orgánicos que la intensifican, para decirlo de manera sencilla. Es sumamente importante entender que es totalmente normal que los pequeños muestren vitalidad y sean activos, no debemos preocuparnos demasiado por ello, pero al mismo tiempo es fundamental que desarrollen hábitos adecuados y sanos para emplear esa energía de forma productiva. A esto le llamaremos canalizar la energía.
Los niños con alto nivel de energía tienden a ser ansiosos, por lo que esperan ser complacidos u obtener placer de forma casi inmediata, para ayudarle es necesario mantengas la calma y le brindes apoyo expresándole que es normal que se sienta así, que a ti también te ha pasado y que te ayuda mucho respirar hasta sentir calma y comienzan a respirar a modo de ensayo; esto les permitirá regular y descargar la tensión que siente el niño por lo que estará más tranquilo.
Las actividades calmadas y en reposo facilitaran que su sistema nervioso no se vea obligado a responder a numerosos estímulos a la vez, intenta buscar actividades tranquilas, agradables e interesantes durante un lapso determinado de tiempo, que podrás ir aumentando gradualmente.
Saca provecho a su nivel de actividad y planifica actividades intensas que requieran un esfuerzo físico mayor y drene la mayor cantidad de energía, inscríbelo en disciplinas formales, por lo general suelen tener mayores habilidades que el resto por lo que tienden a destacarse al punto de que con mucha disciplina y constancia, pueden llegar a representar sus equipos.
Refuérzalo cuando está calmado, préstales mayor atención a las conductas positivas que a las desagradables, hacerlo posibilita que se esfuerce más por obtener tu atención de forma adecuada.
Y para finalizar, recuerda que la energía es el recurso más valioso que tenemos y como padres debemos facilitar que los hijos aprendan a canalizarla ya que a través de ella se ilusionan, comprometen y se movilizan para alcanzar sus objetivos.
Leyshy Cabrera M.
Psicóloga clínica.
Especialista en clínica infanto juvenil e inclusión educativa
Centro Vida y Familia Ana Simó
Imagen: https://www.hacerfamilia.com