NAVIDAD ENTRE AMIGOS
En tiempos como estos, en donde muchas personas se reúnen en familia para festejar con alegría la llegada de la navidad, compartiendo impresiones, emociones o sentimientos que los envuelven en su diario acontecer, existen infinidad de actividades dedicadas a complacer los más exquisitos gustos o caprichos, tanto de grandes como de chicos, en donde estos últimos se la pasan corriendo de un lado a otro, llenando con su entusiasmo y energía todo el ambiente del hogar. Aunado a ello, se suman las compras nerviosas, el alboroto en la calle, la música típica decembrina con sus aguinaldos y villancicos sonando en las casas, instituciones religiosas, empresas, centros comerciales y hasta en los lugares más insospechados, en donde la algarabía navideña se haga presente. A todo esto, se van forjando las expectativas que cada uno tiene para el año que está próximo a iniciarse y se hacen planes y promesas, con la firme intención de cumplirlos en el transcurso de cada día que vaya marcando el calendario; en su gran mayoría, estos propósitos se acompañan de rituales que van desde los más simples como usar una prenda de un color específico (amarillo) para recibir el nuevo año, como otros mucho más extravagantes que incluyen alguna bebida o comida que les traiga abundancia (vino, uvas, lentejas) o les garantice el éxito o la felicidad (tener dinero en la mano a las 12am, del día 31).
En contraposición a lo anterior, hay quienes por diferentes circunstancias no pueden celebrar estas fiestas en compañía de sus familiares, bien sea porque sus trabajos o estudios no se los permiten, se hallan en otra ciudad o país, pasan por algún tipo de dolencia física o espiritual, o han sufrido la pérdida de alguien muy cercano y la tristeza no les deja mantener el mismo entusiasmo que la mayoría a su alrededor siente. Es en estos casos precisamente, en donde deben presentarse algunas alternativas que frenen esas emociones negativas o le pongan un aliciente a su melancolía o desesperación. De allí pueden surgir ideas claras como: reservar un cuarto en algún hotel, viajar a lugares tranquilos, ir a algún spa con paquetes para varios días, entre otras opciones. Así como muchas de estas posibilidades, existe una opción que algunas personas consideran como algo que les proporciona compañía y les brinda la oportunidad de festejar de una manera distinta, o de dejar colgada la nostalgia, al menos por un momento específico, y es esa “Navidad entre Amigos”, lo que les facilita conectarse con la vida, con el amor, lo que los conforta y les mantiene o devuelve la paz, que todo ser humano anhela. De este modo, la sonrisa de un hermano(a) de la vida, del padre o la madre de sus “panas” o “compinches” les contagian de gozo, enriquecen su espíritu y les conceden la fe en el otro y/o en sí mismos, haciendo que cada platillo servido en una suculenta mesa sea de su agrado y les recuerde cada sabor de su propia casa; el sonido de una canción o una melodía contagiosa, les desborde el ritmo en su corazón; los adornos, la bulla, los cuentos y anécdotas de tiempos pasados, los besos y los abrazos de los otros, sean ese calor, esa felicidad que debe trascender más allá de la época en la que todos queremos amar a otros como a nosotros mismos.
El Centro Vida y Familia Ana Simó les desea una Feliz Navidad y un bendecido año 2020.
Dra. Mirta Castillo
Psiquiatra/Terapeuta Sexual
Imagen de: www.childrensheartcircle.com
