Resiliencia infantil
Poder adaptarse a escenarios adversos, donde se ven comprometidas las emociones y se pone en juego las herramientas personales aprendidas como resultado de la experiencia, es una tarea retadora para los adultos, ahora bien, ¿Qué pasa con los niños y jóvenes?, ¿Estos también pueden aprender a ser resilientes?, ¿Cómo?
Cuando hablamos de resiliencia, debemos tener en cuenta que, es relativa, debido a que cada quien interpreta las situaciones de acuerdo a su sistema de creencias, es por eso que percibir algo como amenazante o traumático, dependerá de la objetividad personal.
La población infanto-juvenil, cuenta con un cerebro en desarrollo, receptivo para cualquier cambio y moldeable a cualquier circunstancia, factor que se conoce como Neuroplasticidad, gracias a esta, el proceso de aprendizaje tanto en niños como adolescentes ocurre de manera rápida y fluida, y por ende es esencial al momento de hablar de resiliencia, ya que, para poder adaptarse a los cambios, el cerebro debe estar apto para este proceso.
En ocasiones, las primeras etapas del desarrollo vital son idealizadas, esperando de esta pura felicidad y muchos momentos divertidos, pero, parte de la realidad es que no siempre es así. Actualmente muchos de los niños y jóvenes están pasando por momentos adversos, llenos de ansiedad e incertidumbre y estos cuentan con menos herramientas que la población adulta para lidiar con ello.
Para fomentar la resiliencia en los niños y jóvenes puedes llevar a cabo lo siguiente:
- Enseña a tu hijo a ayudar a otros: Pueden ser personas, animales, o en actividades del hogar, etc.; esto promueve el desarrollo del sentido de pertenencia, sentirse parte de un equipo y a su vez, útil.
- Enseña a tu hijo a cuidar de sí mismo: Practica con el ejemplo la importancia de comer sano, de llevar una buena higiene y de tener un momento de descanso significativo.
- Promueve la crianza positiva: esto aporta en el desarrollo de la autoestima e inteligencia emocional de los niños y jóvenes.
- Busca oportunidades para el autodescubrimiento: Cada momento difícil o actividad retadora son escenarios de aprendizajes, indica a tu hijo que cualidades está desarrollando o cual es el aprendizaje adquirido de esa experiencia.
- Aceptar los cambios como parte de la vida: Hacer consciencia de que está ocurriendo algún cambio, aceptarlo de manera saludable, e identificar las ventajas del mismo.
- Mantenga una rutina diaria: Fomentar que hay un momento para cada actividad ayuda a que los niños y jóvenes mejoren su desempeño y construyan una estructura flexible para lograr objetivos.
- Crear metas razonables: Pasos pequeños pero firmes genera una sensación de logro constante, colocarse metas adecuadas a las habilidades personales evita la frustración, pesimismo y sentimientos de fracaso,
“Nada es permanente, salvo el cambio”
Heráclito
Claudia Geraldino, MSc.
Psicóloga Clínica
Neuropsicóloga
Centro Vida y Familia Ana Simó