¿Por qué los estudiantes olvidan durante las vacaciones?
Es muy común que para el regreso a clases los estudiantes hayan olvidado contenidos que “aprendieron” durante el año escolar anterior, ¿Por qué pasa esto?, ¿es algo normal o tienen algún problema de memoria?, ¿Qué pudiéramos hacer para prevenir este olvido?
La memoria ha sido una de las habilidades cognitivas más estudiadas a lo largo de la historia, esta se entiende como la capacidad que tenemos de codificar, almacenar y recuperar la información. Para los psicólogos Richard Atkinson y Richard Shiffrin, la memoria se divide en diversos almacenes en los que vamos clasificando la nueva información, estos son:
La memoria sensorial. Es un almacén de corta duración que a su vez se divide en memoria visual y auditiva, donde la información se guarda por menos de 1 segundo si la información solo la utilizamos para ese momento preciso, pero si se reutiliza pasa a la memoria de corto plazo.
Los estudiantes retienen con mayor facilidad información a través de mapas y esquemas visualmente sencillos y prácticos, al igual que pueden aprenderse lecciones complejas a través de una canción o poema.
La Memoria de corto plazo. Es un almacén de corta duración de aproximadamente 20 segundos (mientras más se repita más tiempo se retiene), donde la información se analiza y se organiza para luego ser llevada a la memoria de largo plazo, dependiendo la utilidad de esta.
En muchas ocasiones los estudiantes usan su memoria de corto plazo para la realización de exámenes, retienen la información por un periodo de tiempo mayor a 20 segundos gracias a la repetición, pero luego de la prueba han olvidado gran parte del contenido, a esto coloquialmente se le llama “botella” ya que el alumno no considera este tipo de información como relevante.
Memoria de trabajo. Memoria intermedia entre la memoria de corto plazo y la memoria de largo plazo. Nos permite manipular la información y utilizarla durante el tiempo que sea necesario. Gracias a esta podemos realizar cálculos de manera mental.
Memoria de largo plazo. Es un almacén donde la información se puede guardar de manera permanente, aunque se suele perder información por desuso o desplazamiento. Esta a su vez se divide en:
- Memoria Procedimental, conocida como el recuerdo inconsciente, por lo general de hábitos y destrezas ya aprendidos.
- Memoria Declarativa, la cual contiene información de cultura en general y vivencias.
La motivación en un factor esencial para que los estudiantes retengan la información por un período de tiempo más prolongado, así como también, las emociones positivas, cualquier actividad que se considere divertida, que provoque una sensación de bienestar y alegría tienden a anclarse mejor en nuestra memoria de largo plazo. Si la información que recibimos no es considerada como significativa y útil ya que pensamos en aprender el contenido como un deber, pues este aprendizaje tiende a olvidarse con mayor facilidad.
Así mismo, el cerebro guarda aquella información que está utilizando ya que si deja de practicarla, suele olvidarse, y esto no solo pasa con el contenido académico y los estudiantes, sino que se percibe entre adultos y ciertas actividades físicas o intelectuales que en un inicio dominaban y con el paso del tiempo fueron olvidando.
Olvidar en vacaciones parte del contenido académico es algo común ya que al dejar de practicar, repetir y recordar los contenidos dados, nuestro cerebro experimenta un adormecimiento, que, al volver a clases y repasar estos contenidos, se recupera la información debido a que su uso y manipulación se vuelven constantes.
Algunos consejos para disminuir el olvido de contenido académico durante el verano son:
- Hacer esquemas, mapas mentales, horarios y diversos materiales que sean visualmente prácticos y estar expuestos a estos constantemente, es decir, ponerlos en lugares estratégicos donde nos veamos obligados a prestarle atención.
- Leer por placer sobre temas de interés, a determinadas horas de la jornada de descanso veraniega, es una gran opción y una saludable rutina.
- Repasar el contenido académico con actividades que se tornen divertidas, al aire libre, en un viaje se puede practicar contenido de la clase de historias, etc.
- Los cuadernos de refuerzo en verano suelen ser una opción atractiva cuando se diseñan como juegos, pero no deben ser la única ni la más relevante de nuestras opciones.
- Gozar de buen descanso, una dieta balanceada, realizar alguna actividad física y tiempo de ocio es clave para que nuestras capacidades cognitivas se mantengan en un rendimiento óptimo.
Claudia Geraldino, MSc.
Neuropsicóloga Clínica
Centro Vida y Familia Ana Simó
Imagen tomada de: www.eleconomista.es