Cuando la víctima vuelve a ser maltratada
La violencia hacia las mujeres se ha convertido en la una de las principales causas de muerte en nuestro país, según las estadísticas 59 de las muertes de muertes entre los meses de enero a septiembre han sido calificadas como femininicidos íntimos. Esto quiere decir que de las 106 mujeres asesinadas 59 de ellas han muerto a manos de su pareja o ex pareja.
Estos datos no solo son escalofriantes son altamente preocupantes pues nos dicen que la violencia termina con la vida de más mujeres que el dengue, y solo se observan grandes campañas o llamados de atención en el mes de marzo y en noviembre.
Al abordar el tema de la violencia es común encontrar argumentos enclavados en el sistema de creencias machista donde la víctima es culpable en todo momento. Entre las expresiones encontramos: “por qué ella no se fue” “ella debió saber con quién se metía” “para qué ella siguió con él” o la que solemos encontrar en algunos medios de comunicación “hombre mata mujer por celos” entre otras expresiones que al ser analizadas se observa claramente la justificaron de la violencia, así como la culpa de la víctima.
Aclaremos conceptos, Se entiende por victimización primaria aquella en que la víctima es el principal sujeto que vive los daños, ya sean psicológicos (insultos, vejaciones, acoso verbal, amenazas, etc.) físicos (violencia física hacia su persona, golpes, agresiones, empujones) o sexuales como es el abuso sexual y las violaciones.
Mientras que conoce como re victimización, victimización secundaria o doble victimización el proceso mediante el cual se produce un sufrimiento añadido por parte de instituciones y profesionales encargados de prestar atención a la víctima (ya sea de malos tratos o violencia de género, secuestros, abusos sexuales, etc.) así como medios de comunicación y personas que opinan en las publicaciones de las redes sociales y medios digitales.
El proceso de re victimización en muchas ocasiones causa más sufrimiento y angustia que el evento o situación violenta. La publicación del rostro o la vos de una mujer que fue abusada no desaparece jamás de la red y por lo tanto cargara con el estigma de ser “la violada” en el caso de un abuso sexual.
Culpar a la víctima nueva vez del hecho violento crea un sentimiento de vergüenza tan intenso que evita que muchas víctimas denuncien los abusos por el miedo a ser juzgadas y condenadas. Así como a ser expuestas de manera pública.
Empezar a responsabilizar única y exclusivamente al agresor sin elementos justificadores de la violencia tales como: celos, infidelidad, posesiones demoniacas o enfermedad mental sentará las bases para un proceso de movilidad social que tendrá como resultado una modificación en el sistema de creencias machista que sostiene la conducta violenta.
Ser empáticos con las victimas crea una red de apoyo que ayudará a que las mismas encuentren estrategias de salida de la relación violenta y su proceso de recuperación será más rápido.
Heidy Camilo Hilario
Terapeuta sexual y de pareja
Especialista en violencia intrafamiliar
Imagen tomada de: www.psicologiaymente.com