Modelos de relaciones obsoletas, el gran desafío de las relaciones de parejas actuales
Las expectativas forman parten natural de las construcciones de pensamientos de todas las personas y en ellas se guarda el contenido de como las personas desean que sucedan las cosas, estas son producto de creencias, patrones aprendidos, o bien, construcciones mentales que se derivan en posiciones de seguridad psicológica para el individuo; y claro que también tienen su impacto en las relaciones de pareja.
Cada vez que las personas se proponen iniciar una relación de pareja, es muy probable que ya se haya concebido la idea de cómo va a ser ese vínculo y aun en el párrafo anterior haya expuesto algunos elementos que van a influir en la idea de “cómo se va a dar el vínculo” la mayoría de las veces responde a patrones establecidos, que para el individuo, además de patrón establecido, resulta ser el más conocido, asimismo, al ser conocido es muy probable que responda a lo que conocieron de cómo se vincularon los abuelos o padres de esa persona, los cuales, a lo mejor, también desarrollaron el patrón conocido de sus padres o abuelos, haciendo referencia entonces a un patrón conocido que data de, si hacemos el cálculo, unos cincuenta años atrás.
Dicho esto, y explicando un poco como terminamos siguiendo patrones es bueno aclarar que, los patrones se van afianzando, producto de una serie de dinámicas INCONSCIENTES, que por ser un proceso inconsciente (el aprendizaje pasivo del cerebro) elegimos y repetimos actitudes y conductas que fuimos integrando como construcciones de pensamientos que luego se convierten en creencias y que se derivan entonces en expectativas relacionales.
La problemática del planteamiento anterior es que muchas veces las personas siguen accionando de manera inconsciente sin saber que a lo mejor aquello que creen que quieren no ha sido identificado, elegido, o gestionado a raíz de un proceso de autoconocimiento y de verificar que sería lo más conveniente para sí mismo y por ende muy probable que esté descontextualizado a quien es el individuo como persona, su estilo de vida, el desarrollo de los seres humanos a lo largo del desarrollo de las personas en sociedad, la figura de la mujer en la actualidad y por ende las nuevas masculinidades; ojo que todavía no hablamos de lo que quiere la otra persona que ese individuo elige como pareja, la cual también tiene expectativas y probablemente siga patrones también o con suerte, ya ha podido identificar su propio modelo de relación de pareja.
Es una mala idea relacionarnos desde patrones establecidos hace 50 años atrás sustituyendo los deseos, la individualidad, y apostando a lo que probablemente funcionaba, pero funcionaba mal.
Es importante que las personas aprendan a conocerse y saber lo que les gustaría construir con el otro, de manera que pueda ser una elección compatible con sus anhelos y poder formar una relación realista en la que los dos participen activamente en construir el modelo relacional que más les funcione a ambos.
Asimismo, resultaría contraproducente y abusivo pretender que el otro se sume a las expectativas propias construidas hace 50 años cargando a la pareja con peticiones y patrones que no van acorde con lo que el otro quiere y como desearía vivir su vida en pareja.
Date el chance de conocerte, pero también de identificar esos patrones que no permite que afloren los deseos genuinos de quien realmente eres y lo que realmente quisieras construir.
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