“Es que…se me quito el deseo”
“Se me ha quitado el deseo de tener intimidad;” “el deseo de mi pareja en la intimidad ha cambiado.” Son las expresiones más socorridas para que la mujer o su pareja cuenten de una disminución de la frecuencia de relaciones sexuales.
No es poco frecuente que sea la manera de plantear su problema. Pero, ¿Qué nos están contando cada uno? El punto común es una disminución de la frecuencia de encuentros sexuales por falta de deseo en la mujer, cuando no es que esos encuentros se han vuelto inexistentes. Tenemos un mismo suceso y dos formas de vivirlo.
Un tema recurrente es la dificultad de los miembros para informar por qué no quieren tener relaciones. En el caso de la mujer: Sentirse aislada, abandonada, falta de afecto, maltratada, infidelidad. Para el hombre es la ignorancia, real o pretendida, de la manera disfuncional como lleva la relación de pareja y que necesita de este contacto sexual para satisfacción y pretender que todo sigue bien entre los dos. Y no es así.
Sostener relaciones sexuales representa nuestro deseo, atracción, afecto. También para expresar control, posición hasta “un perdón por la piel.” Con este último me refiero a las situaciones que producen una baja o ausencia de deseo sexual traídas por la falta de afecto, atención o infidelidad. En estas el hombre busca una vía rápida de ser perdonado, terminar el problema sin tener una idea precisa de los efectos por sus acciones sobre su pareja y no responsabilizarse por los mismos.
Puede que admita que “cometió un error;” “que todo iba bien y ahora ella está como apagada.” Lo que vio, muy rápido, fue el intento de la mujer de tratar de volver a un momento, antes de este mal momento, donde todo “estaba normal.” Este lapso puede ser muy corto o prolongarse causando resentimiento en ella porque puede que la misma dinámica siga y no se llegara a una conclusión que mejore su relación.
Con esto no es raro que el hombre (tratando de no asumir responsabilidad de por su conducta o seguir normalizando el maltrato) inicie, con insistencia, el reclamo de más relaciones sexuales. Esto mismo enfrenta a la mujer sentir que no es comprendida, que no se la trata con afecto y hasta que ella es la culpable de originar la situación y/o no querer solucionarla.
Revisar la relación. Sus antecedentes. Cómo nos manejamos en ella. Lo que callo; lo que tolero; lo que dejo pasar. Estos son unos buenos puntos que se pueden revisar si estamos pasando por algo similar.
Ahora dime, ¿cómo está tu deseo sexual hoy?
Dr. Fidel Valera
Médico, terapeuta sexual y de pareja
Centro Vida y Familia Ana Simó