El otro lado de la campana
Todos los seres humanos en algunos momentos de nuestras vidas hemos pasado por situaciones difíciles, que incluso a algunos de nosotros nos han llevado a cuestionarnos acerca del sentido de nuestra existencia. Eso no significa que no tengamos motivos para seguir luchando y disfrutando cada día de todas las cosas que están a nuestro alrededor, y de las personas que tienen un vínculo cercano o afín con nosotros.
Desde esa perspectiva, podemos referirnos a un término acuñado como “Autoconocimiento”, el cual implica la capacidad para identificar y comprender nuestras propias emociones y sentimientos; aunado a este concepto se suma el del “Autocontrol”, que traduce la habilidad que tenemos para mantener de una manera armoniosa todo lo que engloba eso que sentimos y que dirige nuestro comportamiento en el diario vivir.
Por otro lado, y de un modo especial está la “Automotivación”, que se relaciona específicamente con ese impulso o energía que nos mueve a la consecución de objetivos y metas que nos vamos planteando como retos en la vida. Sin embargo, no se trata solamente de esa relación personal que tenemos con nosotros mismos y que representa el amor propio; el cual debemos proteger y cuidar a diario, sino también, de esas relaciones que tenemos con otras personas en los diferentes entornos en los que nos movemos constantemente y que requieren muchas veces de un mínimo esfuerzo para que esas interacciones se den de una forma saludable y enriquecedora para todos.
Aunque a veces las cosas no suelen salir del modo en que uno las quiere o las planifica y llegan a surgir conflictos de diversa índole, dependiendo de si el vínculo esté dado en el contexto familiar o social; por lo que ese esfuerzo se vería multiplicado para lograr el mismo propósito de mantener una relación sana y estable con los demás, quienes poseen características particulares en su personalidad que pueden facilitar u obstaculizar la vía de la comunicación y el entendimiento con nosotros.
En terapia de parejas en ocasiones ocurre que al inicio del proceso terapéutico solo uno de los miembros de la pareja asiste a la consulta, para exponer el motivo que lo está afectando de una manera importante en su día a día; y además, es frecuente escuchar durante la sesión un sinfín de quejas, cargadas de un fuerte componente emocional, en donde se expresan sentimientos de todo tipo hacia su compañero/a de convivencia, aparte del reconocimiento de actitudes o comportamientos “equivocados” por quien acude buscando ayuda a la solución de su problema marital. Parte de lo que solicitan con gran urgencia se traduce en esa expresión tan sencilla pero certera “es que usted tiene que escuchar el otro lado de la campana”, reflejándose en esa casi “súplica”, la necesidad de recibir ayuda para resolver ese conflicto o una “crisis” que ambos han estado “sobrellevando” desde hace mucho tiempo, “sin poder dar un pie con bola”, en la resolución de algo que los tiene sufriendo tanto y que en algunos casos ha involucrado a otros miembros de la familia (padres, hermanos, hijos, entre otros).
Tomando en cuenta la importancia que tiene el “escuchar al otro”, los terapeutas nos hacemos eco de esa petición tan explícita que nos hacen nuestros pacientes, ya que sin duda la percepción que tiene la pareja acerca de cómo ha sido esa vida en común puede ser muy diferente, aunque tengan algunos puntos en común con lo que el otro está describiendo; así como la manera en que le afecta o le perturba puede ser también distinta, y es por esa razón que merece ser escuchado/a y/o atendido/a en conjunto con quien tiene esa unión sentimental.
En fin, que debemos estar conscientes de que “cada cabeza es un mundo” y de que cada quien vive sus emociones a su manera; eso nos permite intervenir adecuadamente para que cesen las intrigas y las hostilidades, se aclaren dudas o inquietudes, se reparen muchas cosas y sobre todo se sanen heridas emocionales que les impiden disfrutar plenamente de una bonita relación de pareja, en donde el amor mutuo y genuino sea la constante que prevalezca siempre en su hogar.
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