Inicio de Año Escolar y la Pandemia
Si bien es cierto que el inicio del año escolar 2020-2021 está previsto el próximo 24 de agosto, a pesar de la pandemia del coronavirus, aún no hay claridad en los protocolos y la modalidad en que se realizará; esto ha generado incertidumbre, debido a la poca información al respecto.
Muchos padres han manifestado sus inquietudes abiertamente sobre el devenir de la educación, no solo por factor académico sino también por la salud y el bienestar de sus hijos; incluso se ha visto un revuelo en las redes sociales en contra de enviar los niños/as a la escuela. En este sentido, es bueno aclarar que hasta el momento no hay nada definido respecto a la modalidad de clases sobre las cuales se trabajaría, sino que hasta el momento solo hay propuestas para hacer frente a la situación y que, van a depender de la evolución de la pandemia.
Es normal que como padres de familia haya preocupación por el bienestar de los hijos/as, incluso ansiedad y altibajos emocionales propios de la incertidumbre general existente; sin embargo, es importante analizar las opciones disponibles y tratar de decidir de forma objetiva, valorando ventajas y desventajas.
Muchas familias han optado por no inscribir sus hijos/as en la escuela este año escolar, 2020-2021, sin embargo, desde mi punto de vista profesional no me parece la mejor opción por las consecuencias tanto académicas como emocionales que puede generar; entre las cuales puedo mencionar: ansiedad y depresión, atraso de todo un año lectivo, retraso del proceso enseñanza aprendizaje, mayor tiempo de ocio en la casa, sus compañeritos de salón ya no serían los mismos cuando vuelva a la escuela, y no olvidemos que ellos, los niños/as y adolescentes, también están viviendo los cambios y se están adaptando como pueden.
Pese a que el Ministerio de Educación no ha emitido decisiones claras sobre los protocolos o la modalidad de estudio hasta el momento, si es un hecho que el año escolar 2020-2021 debe ser iniciado y, por tanto, es necesario prepararnos para el mismo tomando las medidas de precaución y cumpliendo con los lineamientos de las autoridades correspondientes.
Desde el punto de vista psicopedagógico, lo ideal sería un proceso lectivo cuya presencialidad se desarrolle de forma gradual, similar al proceso de desescalada en 4 fases para la apertura económica; de esta forma, estaríamos cuidando la salud física y, sobre todo, mental de la comunidad educativa. En el sector educativo, atendiendo la evolución del virus, podría ser realizarse en 3 fases:
1ra fase: Modalidad virtual
2da fase: Modalidad semi presencial
3ra fase: Modalidad presencial
Algunas recomendaciones que hago a los padres para dar continuidad a la educación de sus hijos son:
Hablar con sus hijos/as sobre el inicio de clases, explicando el posible accionar e instruirlos en las medidas de higiene y distanciamiento físico que deben tener.
Investigar sobre los protocolos instituciones de la comunidad educativa a la que pertenece. Esto incluye la modalidad de estudios, semi presencial o virtual, y cuál es el plan de trabajo sobre el cual se regirán.
Comunicación continua con el personal docente, de modo que reciban la atención y las orientaciones necesarias para dar el soporte que sus hijos puedan necesitar.
Preparar un espacio o área de estudio en casa fijo, donde los niños/as puedan llevar a cabo sus actividades y deberes escolares.
Establecer horarios de trabajo, preferiblemente en horas matutinas, ya que se obtiene un mejor rendimiento durante las primeras horas del día. Esto siempre que la escuela no tenga un plan diferente.
Motivar y hacer refuerzos positivos constantemente, es importante hacerles sentir que están haciendo un buen trabajo y que estamos orgullosos de sus logros.
De igual modo, exhorto a las instituciones educativas públicas y privadas, capacitar su personal docente con las herramientas necesarias para una educación virtual de modo que puedan asumir una educación a distancia o combinada; además de establecer protocolos de prevención e higiene que protejan a toda la comunidad educativa, así como la promoción de estrategias de cuidado personal.
Por último, hay que reconocer que ya pudimos concluir un año escolar a distancia sin estar totalmente preparados para ello, lo cual debe ser un motivo de orgullo; si se pudo una vez, se podrá una próxima vez, con la ventaja de que tenemos el tiempo para idear un plan de acción acorde a las necesidades.
Por la Lcda. Laura Troncoso, M.A.
Psicóloga Clínica y Psicopedagoga
Especialista en Evaluaciones