El orgasmo femenino
En innumerables ocasiones hemos escuchado que las mujeres somos un misterio y que la vida sexual de una fémina es aún más complicada. Y peor aún fuimos relegadas y se nos ordenó ocultar, callar y negar nuestras fantasías, deseos y necesidades sexuales, llegando al punto de que muchas mujeres ignoran su cuerpo y sus anhelos sexuales.
La mujer no es un misterio ni nada parecido, la respuesta sexual emocional fémina no es ni mejor ni peor que la de los hombres, solo diferente. El deseo sexual surge como una respuesta biológica normal, natural y saludable de la maduración del cuerpo en el ciclo vital de todo ser humano.
Pero las ideas coercitivas les han enseñado a las mujeres a negar dicha realidad, no es de sorprender entonces que muchas mujeres tengan dificultades para llegar al orgasmo. Muchas sienten un gran placer, se excitan, disfrutan el recorrido, los besos, las caricias y todo pero al momento del orgasmo que es la experiencia de máximo placer “algo” se interpone y no logran sentir ese clímax.
Dentro de las causas de esta dificultad para llegar al orgasmo encontramos que al ser ignorado el cuerpo y se enseña que los genitales femeninos son “feos, sucios, pecaminosos o vergonzoso” no es de extrañar que no se integre esa parte del cuerpo como propia sino como algo ajeno a mí. Esto significa que muchas mujeres no sienten su vulva como parte integral de su cuerpo sino como algo que solo se usa para satisfacer a la pareja, como una cosa.
Esta fragmentación del cuerpo femenino acompañada de ideas distorsionadas sobre el placer y sobre el orgasmo dificultan el abandono al placer, algunas mujeres al escuchar las historias de como ellas sienten el orgasmo o lo que ven en las películas y ellas no experimentar esas sensaciones asumen que son incapaces de sentir orgasmos y se auto catalogan de “frígidas” concepto completamente errado pues no existe tal frigidez.
Otra causa es el abuso sexual sufrido en la infancia. Dicho trauma afecta el desarrollo de una vida emocional, relacional y sexual pues este tipo de experiencia afecta a la víctima en el desarrollo integral del sí mismo, se vive la existencia misma desde la vergüenza, la culpa, el asco y el pánico de re experimentar lo vivido durante el abuso.
Además, otra razón es la interacción sexual deficiente, esto significa que la pareja no se preocupa ni ocupa por la satisfacción sexual de la mujer, son parejas egoístas o que ignoran como la pareja prefiere ser tocada en intensidad y tiempo.
¡El camino al orgasmo se aprende!!! Lonnie Barbach (me encanta su enfoque y me sumo al mismo) refiere que no existen mueres anorgasmicas sino mujeres pre orgásmicas haciendo referencia a que toda mujer es capaz de llegar al orgasmo con los métodos apropiados.
Al hacer una buena evaluación, que debe ser realizada por un profesional formado en sexualidad humana y terapia de pareja, se determinan las causas de dicha dificultad y se elabora junto a la paciente un programa de intervención psicoterapéutico donde la mujer y la pareja (si la tiene) desmontará las ideas limitantes para llegar al orgasmo y se aprenderá a conectar e integrar el cuerpo como fuente del placer.
En los programas de intervención es necesario el compromiso, disposición y disponibilidad para obtener los resultados que se buscan pues no existen “curas milagrosas” en los temas humanos. El camino al orgasmo debe ser visto como un hermoso recorrido que será vivido desde el abandono al placer y el reconocimiento del derecho al mismo. Esta reconexión integral del cuerpo se hace a través de una serie de dinámicas, ejercicios que se van integrando de manera gradual.
El derecho a una buena vida sexual es un derecho humano y no debe ser postergado o anulado.
El deseo nace para ser satisfecho no desde la ansiedad sino desde el amor propio.