La importancia del sueño en la infancia

La importancia del sueño en la infancia

El sueño es una necesidad fisiológica, al igual que comer e ir al baño y por lo tanto requiere de entrenamiento para crear hábitos adecuados sobre todo en los infantes.

Un estudio creado por el Dr. Dean Beebe, Director del Programa de Neuropsicología del Hospital Infantil de Cincinnati, reveló que los niños y niñas que presentan un sueño inadecuado sea por dormir pocas horas o por dificultades para permanecer dormido/a durante las noches, generalmente tienen también dificultades para regular sus conductas, ven las cosas más negativas que positivas, reaccionan rápidamente sin medir consecuencias y presentan dificultades en la atención y la memoria.

De hecho, no dormir lo suficiente realmente afecta todos los aspectos del bienestar y el funcionamiento de los infantes, así lo explica la Dra. Jodi Mindell, Directora Asociada del Centro de Sueño del Hospital Infantil de Philadelphia y autora del libro “Sleeping Through the Night: How Infants, Toddlers, and Their Parents Can Get a Good Night’s Sleep”. Quien también explica que los niños y niñas que no tienen un sueño de calidad en las noches, son más propensos a ser hiperactivos y no conformes, además de mostrarse más retraídos, ansiosos durante el resto del día.

En este sentido, a continuación, se detalla las horas de suelo que deben tener según su edad:

  • Niños y niñas de 3 a 5 años: deben dormir un promedio de 10 a 13 horas ininterrumpidas.
  • De 6 a 12 años: deberían dormir un promedio de 9 a 12 horas ininterrumpidas.
  • Adolescentes de 13 a 18: deberían dormir un promedio de 8 a 10 horas ininterrumpidas.

Es importante resaltar que, en la edad preescolar, a partir de los 5 años de edad, ya no son necesarias las siestas, a menos que el infante así lo desee, por lo que no es recomendable imponer las siestas.

Para evitar problemas de sueño en los niños y niñas, los padres deben establecer hábitos de sueño positivos. Estos hábitos incluyen:

  • Establecer una hora de acostarse.
  • Tener una rutina constante para ir a dormir
  • Alentarlos a que se duerman de manera independiente.
  • Llevarlos al baño antes de dormir, y asegurarse de que cenen bien, para así evitar que interrumpan su sueño durante la noche.
  • Leerles cuentos también es un hábito positivo, ya que fomentar el vínculo con el adulto que le lee, disminuye los niveles de ansiedad a la hora de ir a la cama, promueve el hábito de la lectura, mejora el vocabulario, desarrolla la imaginación y creatividad de los infantes.

Entre los problemas de sueño más comunes en los infantes se pueden presentar: dificultad para dormirse, pesadillas, despertarse durante la noche, roncar, resistirse para ir a dormir, el síndrome de apnea del sueño y la respiración ruidosa y pesada durante el sueño. Es importante que aprenda a identificar estos síntomas y que lo comunique al pediatra o psicólogo de su hijo/a.


Imagen: www.redaccionmedica.com