Violencia en los niños

Violencia en los niños

Sin importar el género, a los niños se les debe explicar que la violencia no es una forma saludable de resolución de conflictos; la violencia no resuelve los mismos, más bien los empeora. Es importante enseñarles alternativas para solucionar conflictos como el diálogo y las negociaciones.

El aprendizaje sobre el respeto a las diferencias físicas, sexuales, familiares, religiosas, diferencias de opinión, el respeto a la diversidad en general debe ser obtenido diariamente de manera continua y esto inicia en el hogar, cuando los niños observan patrones de comportamiento en los padres y demás cuidadores. El trato entre los adultos, el manejo de los mismos frente a la disciplina del niño, las reacciones hacia las situaciones cotidianas, actuarán como modelo o patrón de comportamiento que el niño aprenderá y repetirá en el ambiente escolar o familiar.

Usualmente, el niño que es testigo de maltrato o está siendo corregido de manera violenta propicia el maltrato hacia otros compañeros en la escuela, hacia hermanos y/o mascotas. Por otro lado, el niño víctima de maltrato puede presentar características de un niño sumiso, tímido, huidizo, evasivo que ha aprendido a reprimir emociones.

La detección del maltrato inicia con la observación de las conductas de los niños; si el niño agrede a otros niños como forma de obtener dominio frente a otros, si se torna desobediente, intranquilo, apático, triste, aislado o distraído, podríamos determinar que el niño está siendo víctima de algún tipo de maltrato a nivel familiar o escolar.

Los niños necesitan en su entorno adultos saludables con habilidades de comunicación, dominio de sus emociones, manejo efectivo de conflictos.

Lograr modificar las conductas inadecuadas en los adultos permitirá en los niños el aprendizaje de patrones relacionales adecuados con los cuales se desenvolverán en los diferentes ambientes en los que se desarrollen.

Ningún comportamiento violento debe percibirse como normal o pasajero, las acciones violentas desde el maltrato animal, palabras ofensivas, destrucción de objetos, maltrato físico, son conductas que deben ser corregidas y atendidas asertivamente. Los actos de violencia pueden escalar y tener consecuencias desastrosas. Es necesario que los predictores de violencia sean tratados con la debida atención y adecuada intervención para de esta manera evitar la multiplicación de la misma.

Lic. Lorraine Isa, M.A.

Terapeuta familiar y de pareja

Especialista en intervenciones en psicoterapia

Centro Vida y Familia Ana Simó

Imagen tomada de: imeoobesidad.com