Soy la madrastra y no soy mala

Soy la madrastra y no soy mala

 En todos los cuentos de hadas vemos como la figura antagonista de la historia, es decir “la mala” es la madrastra, por ejemplo: Blanca Nieves, La Cenicienta entre otras, donde la segunda esposa del padre es el sinónimo de bruja. Esta versión de la historia no está lejos de ser una visión compartida en la realidad y en muchas sociedades por igual.

Cuando una relación termina lo cierto es que los hijos/as pasan por momentos muy difíciles incluyendo un duelo por separación y ansiedad por esa misma razón. En la fantasía de este menor los padres de alguna mágica manera volverán a estar juntos, pero cuando el padre se enamora de otra mujer esta idea se hace más lejana y esa otra mujer puede convertirse en la culpable de que “papi y mami” no volverán.

Por eso es vital ser honestos con los hijos y ser muy claros sobre el tema de la separación (por supuesto no estoy hablando de dar detalles sobre la razón de la separación pues eso es un tema de adulto), me estoy refiriendo al hecho de que ya no serán más pareja, esto facilita la integración de la información y un proceso para salir del duelo; así como una aceptación de la idea de que los padres en algún momento tendrán otras parejas.

Es importante que una vez el hombre y la mujer que tienen hijos en común y ya están en alguna relación formal inicien el proceso desde el noviazgo de incluir en las vidas de sus hijos esta nueva pareja, para que el menor se acostumbre a la idea de que va a compartir sus padres y madre con otra persona. Jamás pedirle al menor que “ame o le diga tía, mami” a la madre social o madrastra pues amar no es una obligación, es una relación que ambos van construyendo en el día a día y en vinculo que el adulto va estableciendo con el menor. Si podemos pedir respeto, pero no exigir amor. El exigirle también que debe llamarle “tía o mami” igual es inadecuado por ni es su tía y no es su madre dejar que el menor decida como desea llamarle es lo mejor.

Desde la visión de ser la madrastra es todo un reto pues muchas veces no sabes cómo se debe actuar para no causar malestar ni ser permisiva, son muchas de las dudas que se generan, una opción viable es asumir a este menor como lo que es… es un hijo más de la casa y debe cumplir las reglas que son colocadas en los misma, este menor debe ser tratado como un igual en cuanto a los deberes y los derechos, los privilegios, los cariños… todo igual… pues al pautar una simple diferencia esto puede iniciar una guerra campal en ese vínculo.

Debe el padre asumir que su hijo de la anterior relación debe ser tratado como un igual en casa, pues al desautorizar a la madrastra o apartarla del menor también estará creando una situación insostenible en el tiempo. En cuanto a la madre biológica del menor es necesario asumir que el ex ya tiene pareja y que es su derecho compartir con el menor y que su nueva pareja también lo hará. Sé que para muchas madres pensar que sus hijos le tomen afecto a otra mujer que no es ella las confronta y les hace tener mucho miedo, pero asume que NADIE te quitara tu lugar de madre. La nueva pareja de tu ex no es tu enemiga, no es una bruja, es solo la nueva pareja de tu ex pareja.

 Las madrastras son madres sociales que ejercen la función de madres, y muchas grandes historias de amor, de resiliencia y de acompañamiento. El amor y el buen trato son vital para el fortalecimiento de estos vínculos.

Imagen: https://eresmama.com/