Amor: desde lo biológico hasta lo relacional

Amor: desde lo biológico hasta lo relacional

El amor es el sentimiento que más canciones, poemas, novelas románticas y hasta guerras ha inspirado. Pero, ¿de dónde nace el amor que vincula a las parejas? ¿Es el amor una decisión o es cupido flechando a los seres humanos? ¿Puedo “amar” a dos personas a la vez? Estas y muchas otras preguntas se dan en la interacción humana.

Cuando nos enamoramos sentimos “maripositas en el estómago” y muchos describen esta sensación como “estar idiotizados, atontados” o tener el “juicio nublado”. Hablemos de qué nos ocurre cuando nos enamoramos. El amor tiene distintas manifestaciones tanto en lo psicológico como en lo biológico. El sistema límbico o cerebro emocional es el responsable del amor y de las conductas relacionadas al mismo.

La primera de las etapas es el deseo, que está impregnado de testosterona. La misma se secreta cuando vemos a un estímulo erótico “el amor entra por los ojos” dicen muchos, pero lo cierto es que es deseo aquello que experimentamos y el sentido de la vista, aunque juega un papel importante no lo es todo pues también tenemos el sentido del olfato, audición, gusto y tacto. Cuando vemos algo que nos llama la atención es en ese momento que da el deseo.

Algunas personas son solo consumidoras del deseo, es decir, se envuelven en relaciones súper intensas pero que al llegar al acto sexual simplemente desaparecen, mientras otras al darse tiempo de conocer la personalidad más que el atributo que les llamo la atención, inician la segunda etapa del amor llamado enamoramiento o amor romántico.

En el enamoramiento se da una intensidad elevada marcada por una necesidad de estar cerca del otro, el solo ver ese “buenos días” de esa persona nos provoca una enorme sonrisa, las llamadas “mariposas en el estómago” y ese estar distraído por estar chateando con esa persona es muy común. Nos “brillan los ojitos” además de la encantadora sensación de “andar sobre una nube”. De manera relacional se dan conductas motivacionales que nos acercan a esa persona que ya no solo deseamos, sino que además posee rasgos de personalidad que nos agradan, un sistema de creencias parecido al que tenemos, así como gustos y preferencias similares.

Todas estas sensaciones son causadas por la oxitocina, mejor conocida como la hormona del amor, la cual se encarga de producir bienestar, felicidad, atracción sexual, y crea los vínculos de confianza.

El bioquímico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo Josberto Celestino explica que esta hormona es un neurotransmisor que cumple la función de neuromodulador en el sistema nervioso central y regula el comportamiento sentimental.

“La oxitocina es un mensajero químico segregado en la sangre o en el fluido intersticial por determinados tejidos para regular la actividad de otras células o tejidos”, manifiesta el experto.

En la parte del enamoramiento, existen sentimientos más allá de lo sexual, cuando ambos individuos tienen interés en el otro. Aquí empiezan a darse una serie de reacciones bioquímicas que encaminan al cuerpo hacia un estado de felicidad, positividad y éxtasis.

El enamoramiento es muy bioquímico, aquí está presente en grandes cantidades la oxitocina, serotonina y dopamina, hormonas que nos vinculan con la otra persona. Hay una atracción de manera intensa, ya que el cuerpo está inundado con todos estos neurotransmisores, que nos hacen felices todo el tiempo. Esto tiene un tiempo estimado de 12 a 18 meses si se supera este tiempo o la persona es madura emocionalmente hablando entonces se paras a la tercera etapa.

En la fase del amor maduro se activan la vasopresina y la oxitocina, donde disminuyen las descargas pasionales e intensas y se visualiza a la pareja tal cual es aceptando sus debilidades. Se está realmente amando al otro no de lo que siente cuando se está con la pareja como en el enamoramiento.

Acá empezamos a hacer planes y proyectos más concretos. Cuando se dan los conflictos los mismos son manejados de manera más asertiva. Muchos dicen que se acaba la pasión, pero esto no es cierto!!! La pasión se produce cuando ambos miembros de la relación cultivan la misma a través de tiempo de calidad, la pasión en esta etapa no es efímera es consistente pero la relación no está basada en la intensidad de la pasión sino en la empatía, el apoyo y un amor vinculado a la razón.

Heidy Camilo Hilario
Terapeuta sexual y de pareja
Imagen tomada de: www.boom991fm.com