El amor y el interés: cuando la duda nos atormenta

El amor y el interés: cuando la duda nos atormenta

“El amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que le tenía”. Cuánta verdad encierran los refranes populares y muchos de ellos nos llevan a reflexionar acerca de la realidad que vivimos en el día a día, y aunque en algunos como en este que mencionamos y lo relacionamos con un sentimiento tan noble como lo es el amor, no quisiéramos nunca tener que vernos reflejados en esta contundente pero triste situación.

Ya sea que lo digamos en tono de broma o como un llamado de atención, nadie desearía experimentar algo tan duro como sentirse utilizado para conseguir un beneficio de tipo financiero o de otra índole, que conlleve una ganancia para una sola persona, que actúa de una forma egoísta y abusiva en función de lograr su propia estabilidad a costa de lo que sea y pasando sobre los sentimientos de otros que tan noble y generosamente les abrieron las puertas de su corazón, con el único objetivo de recibir a cambio el mismo cariño del que fueron capaces de desprenderse.

En cuanto al amor como base que debe regir la mayoría de nuestras relaciones más cercanas (padres, hermanos, hijos, amigos, pareja), es importante tomar en cuenta que el mismo se debe dar de forma espontánea y expresarse no solo con nuestras palabras sino también con nuestras acciones a través del cariño, el respeto, la solidaridad y el buen trato, entre otras cualidades positivas que engloba ese sentimiento hermoso que poseemos los seres humanos en su mayoría; y es aquí en donde radica una terrible condición de algunas personas que solo se mueven en la vida de forma interesada y no les importa lo que tengan que hacer para lograr sus objetivos.

Esto lo vemos en hermanos que se pelean entre sí por la herencia de un padre; en un mismo padre o madre cuando solo busca a sus hijos cuando necesita de algo o simplemente creen que sus hijos funcionan como cajeros automáticos que están allí para cubrir cualquier contingencia, olvidándose muchas veces que también ellos (los hijos) tienen sus propias necesidades; también hermanos que se valen del lazo de sangre para causar aflicción en el otro hermano y únicamente acuden a él para que este le resuelva “el apuro” que muy oportunamente este presenta con mucha frecuencia; y en dónde dejamos a aquellos “amigos” que te invitan a salir para que tú termines pagándole una cuenta o se aprovechan de tu bondad para que cargues con muchas de sus responsabilidades, o les ayudes a resolver los líos en los cuales se meten…

La lista es larga y tiene como asidero común el interés de una persona en conseguir algo que les otorgue algún beneficio, ya sea dinero, poder, fama, status, algún favor especial, entre muchas otras cosas. Y cuando nos referimos al amor de pareja algo similar suele pasar. Cada vez son más frecuentes las uniones por conveniencia (documentos, posición social, dinero), pero en cambio hay otras en las que la duda atormenta a uno solo de los miembros de la pareja y no es siempre desde el inicio de la relación que esta duda está presente, porque sucede muy a menudo que el que está interesado al principio se muestra como la persona más dulce, cariñosa, tierna y encantadora, que derrocha simpatía por doquier y es lo que confunde al otro que solo logra ver a través del tiempo que esa persona ha cambiado o ya no es la misma de antes y se le hace muy difícil entender ese cambio de comportamiento, porque por lo general no tiene la misma malicia para ver cómo alguien a quien le ha dedicado tanto y por tanto tiempo se haya aprovechado de ese amor que aun le está dando, para seguir con su vida tan campante haciendo sufrir a quien solo le ha caracterizado una buena intención. Es precisamente por ese interés tan marcado por lo que alguno de los miembros de una pareja decide separarse y a otros se les hace más difícil, por el tiempo y el “sacrificio” tanto emocional como económico que le han entregado a su relación.

 Los motivos que hacen que una persona se una a otra solo por interés son muy variados, pero lo importante es que seamos más cautelosos a la hora de elegir o aceptar a alguien como la pareja que va a compartir un proyecto de vida con uno. Nadie se merece pasar por tanto sufrimiento ni vivir una mentira engañado toda la vida por quien se supone debe velar porque el bienestar mutuo se manifieste en la seguridad y estabilidad emocional que les facilite cumplir metas o proyectos que les permitan seguir disfrutando de una vida digna en donde el amor y no el interés sea el eje que dirija sus destinos y su porvenir.

Para que no te conviertas en una víctima más de esas “personas interesadas”, aquí te damos algunas pautas que te pueden servir como guía para poder identificarlas:

  • Si la persona solo dice “te amo” o utiliza halagos, pero no acompaña con gestos, acciones o detalles esas mismas expresiones.
  • Cuando solo se enfoca en tus estados financieros y quiere estar al tanto de tu economía y finanzas, pero es hermético/a con las suyas.
  • Sus temas de conversación giran en torno al dinero, el poder, la fama u otros aspectos similares.
  • Su historial crediticio es dudoso o está lleno de deudas que no ha logrado solventar.
  • Siempre tiene una historia relacionada con necesidades suyas o de algún familiar al que tiene que apoyar.
  • Solo te invita para que pagues la cuenta o se disculpa con lo poco que aporta (si es que lo hace), con alguna excusa creíble, pero por lo general muy dramática acerca del mismo tema.
  • Te envuelven contándote acerca de sueños o proyectos que quieren realizar, pero no cuentan con los recursos para lograrlos ni están trabajando en ello.
  • Te piden dinero prestado con el argumento de que en cuanto puedan te lo van a pagar y nunca lo hacen y si lo hacen es en muy pocas ocasiones y en cómodas cuotas con sumas insignificantes.
  • Solicitan con frecuencia que le hagas un favor con algún amigo o conocido o que le sirvas de garante en cualquier gestión o trámite.
  • Se muestra irritable, mal humorado o hasta agresivo/a cuando no logra sus objetivos o huyen cuando las circunstancias se tornan difíciles (enfermedad, deudas, muerte).
  • Satisface tus gustos y/o necesidades afectivas y sexuales solo después de que le has complacido sus peticiones.
  • Busca aliados entre familiares o amigos(cómplices) para que te convenzan de que debes apoyarlo con sus demandas (se victimiza).

Por otro lado, es importante que consideres que cuando una relación se consolida en el amor el único interés que debe primar es el de trabajar en función de ese vínculo, y la solidaridad y el bienestar común es lo que prevalece, apoyándose mutuamente para que las responsabilidades sean equitativas y se compartan todas las tareas sin recostarse del otro, asumiendo como un compromiso el continuar juntos más allá de cualquier adversidad, para que al final la duda no se convierta en un tormento que acabe con una relación que puede ser perdurable en el tiempo y en donde se puedan disfrutar de momentos de felicidad y calma que los consagre como una pareja única y especial.

 

Imagen: https://eldinero.com.do/