AMOR PROPIO UNA NECESIDAD
Cuando hablamos de amor propio ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? autoestima, quererme, aceptarme, saber que puedo, creer en mi, yo valgo.
Lo primero que debemos saber es que se comienza a construir en la infancia, mediante las múltiples interacciones que tiene el niño con su entorno. La noción que tienen los niños de sí mismo y de otros, es el reflejo de las opiniones que los demás forman y difunden de ellos. En algunas ocasiones dichas opiniones no son positivas o realistas, ya que el otro opina tomando en cuenta sus propias creencias. Y debido a esta razón, es de suma importancia contar en los altibajos de la niñez con el cariño y suave apoyo de un adulto.
Autoestima son los sentimientos de afecto o rechazo que resultan de la valoración global que realizamos de nosotros mismos. Así mismo, se construye con la capacidad que tenemos de observarnos, analizarnos y juzgarnos. Este proceso es una experiencia única en cada individuo, ya que los aspectos que se consideran válidos para la construcción del mismo varían de un individuo a otro.
Algunos de factores que se toman en cuenta para la construcción son: el aspecto físico, la capacidad que se tiene para relacionarse con otros, la inteligencia, el carácter, las cosas materiales que posee, los logros obtenidos, entre otros. Durante este proceso de construcción es necesario desarrollar la capacidad de introspección, que no es más que la habilidad que tenemos para asomarnos a nuestro interior y examinarnos, mirarnos desde afuera para poder conocernos mejor.
Hoy en día, es de suma importancia tomarnos unos minutos para revisar cuáles son esos factores que influyen o determinan nuestro amor propio, si realmente eso que estamos valorando es realmente importante para mi o es algo con lo que he crecido, ya que estamos en un constante bombardeo de lo que supone que deberíamos ser o hacer para poder tener éxito, pertenecer o simplemente ser aceptado.
Cuando hablamos de autoestima saludable nos referimos a una persona que tiene una valoración positiva, razonable y optimista, donde elige y sopesa virtudes, defectos, capacidades, limitaciones y las consecuencias de su comportamiento para su sano desarrollo y el de lo demás. Con esto me refiero a que la persona es capaz de reconocer tanto lo bueno como lo malo y pueden ser capaces de aprender de los fallos. Para mantener una autoestima saludable es necesario cultivar relaciones gratificantes, conseguir objetivos válidos a base de esfuerzo y poner en práctica los talentos.
Por otra parte, tenemos la autoestima destructiva que es aquella que se basa en valorar exclusivamente las capacidades y talentos que alimentan el sentimiento de superioridad o de poder sobre el otro y lo placentero que le resulta poner en práctica dichas conductas sobre el otro. Esta persona solo ve lo “bueno”.
La autoestima no es estática, puede ser modificada de acuerdo a tus propios criterios, recuerda que no es un mantra que debes repetirte todos los días frente al espejo, es necesario mirar hacia adentro para poder modificar ese aspecto que te resulta desagradable, con trabajo interno y autodisciplina.
Licda. Eloísa Agüero Hidalgo.
Psicóloga Clínico.
Especialista En Dinámica de Grupo.
Centro Vida y Familia Ana Simó