Atención plena para calmarnos en tiempo de cuarentena

Atención plena para calmarnos en tiempo de cuarentena

La atención plena o mindfulness, es un tipo de meditación que se viene desarrollando desde hace varias décadas. Lo interesante de esto, es que no busca que las personas se calmen poniendo su mente en blanco o haciendo posturas incómodas. Tampoco hay necesidad de retirarse a un monasterio ni nada por el estilo. Aunque sería maravilloso poder hacer vida en un monasterio, lamentablemente la vida de la mayoría de nosotros lleva una rutina de compromisos sociales, familiares, económicos, que no nos dan esa libertad.

Lo atractivo de practicar atención plena, es que tiene dos elementos a desarrollar. Por un lado, aprender un estilo de vida enfocado en atender conscientemente las actividades que estamos haciendo en nuestro constante vivir, segundo a segundo, y la práctica formal, que con 10 minutos al día lo podemos lograr. El objetivo de esto es calmar nuestra mente, reducir el estrés, y llevar una vida más armoniosa.

Ya hay muchas investigaciones que han demostrado la validez de esta práctica. Se ha observado como luego de varias semanas sostenidas, asumiendo de manera reiterativa los dos puntos mencionados, el cerebro comienza a funcionar de una manera diferente.

En estos momentos de cuarentena, por el tema del coronavirus, hay mucha incertidumbre. Todo esto es entendible, porque la dinámica productiva, social, económica y familiar se ha visto dislocada, generando mucho estrés en la mayoría de las personas. Pues, cae como anillo al dedo comenzar a practicar mindfulness en estos momentos.

Los elementos básicos de un estilo de vida enfocado en el mindfulness son: Compasión, hacia los demás y hacia uno mismo; Aceptación de las cosas que pasan en tu presente, de manera incondicional; Contemplación de tu entorno sin reaccionar; Tratar de no darle significado a las cosas, ni negativos ni positivos, simplemente contemplar lo que ocurre y ver las opciones; Estar pendientes de nuestros pensamientos para hacer conciencia de que nada de eso está ocurriendo más que en tu mente, y así poder volver a conectarte con lo que en realidad estás haciendo en ese momento; observar los pensamientos como parte natural de tu mente, en vez de quedarte inmerso en ellos, la realidad es que la mayoría de las cosas que piensas, no pasan; respirar de manera natural, sin forzarla, y cada vez que veas que tu mente está inmersa en tu mente, volver de manera intencional a tu presente a través de tu respiración y enfocarte de nuevo en la actividad del momento.

La práctica formal, pues implica que busques un lugar de la casa donde te puedas sentar de manera tranquila y cómoda. Ya para esto hay pautas bien puntuales que pueden buscar en el internet. Lo más importante de todo, es asumir un compromiso con hacer todo lo que he mencionado. Mucha gente no ve los beneficios porque lo hacen un par de días y luego se cansan. Todo cambio implica sostenimiento y frecuencia en su ejecución, para que el cerebro lo pueda incorporar como nuevas habilidades.

Ramón Emilio Almánzar, MSc, PhD

Imagen tomada de: www.consalud.es