La autonomía en la infancia y adolescencia
Durante el desarrollo evolutivo de los bebés, se va adquiriendo habilidades en tres grandes dimensiones, en la física, cognitiva y la emocional, esto permite que ellos comiencen a desapegarse de los cuidadores principales. Es muy frecuente escuchar frases, ¡Yo lo hago! ¡Yo puedo! indicando que es capaz de hacerlo “solo”. Como padres muchas veces, por temor, rapidez o por tener poca paciencia, evitamos que los hijos hagan cosas por sí mismos. Este intento de independencia ayuda a que su cerebro madure y realice conexiones cerebrales que le permitiran un crecimiento sano e independiente.
La autonomía es definida como la capacidad que tiene una persona de tomar decisiones por sí mismo, sentir y pensar. A partir de los 2 años, se ha establecido como un hito del desarrollo, que es importante fomentar la autonomía de manera consistente, no obstante, desde antes del año podemos iniciar.
Los beneficios de desarrollar independencia son muchos, algunos de ellos son:
- Desarrolla responsabilidad y hábitos.
- Promueve la autogestión personal.
- Mejora la autoestima y autoconfianza.
- Desarrolla un autoconcepto sano.
- Inicia el aprendizaje de las rutinas.
- Aprenden las reglas y normas de convivencia.
- Aprenden a tomar decisiones.
- Incrementa sentido de logro.
- Se establecen los cimientos para el proceso de individuación.
Entre muchos otros, ya que esto los prepara para su libertad como individuos en los diferentes contextos futuros.
Aunque este término se reconoce más a nivel conductual, existen varios tipos de autonomía que son claves en estas primeras etapas:
Autonomía moral
Esta refiere a la capacidad del niño para hacer elecciones, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. Ejemplos de este tipo, poder decidir abrazar o darle besos a alguien, elegir con quien jugarñ en la adolescencia, escoger preferencias de ideologías.
Autonomía intelectual
Es la habilidad de desarrollar pensamiento crítico y reflexivo, usando los aprendizajes y experiencias vividas. Ejemplos son, educar las emociones, cuando hacen una rabietas o utilizan una comunicación no adecuada. Ya para los chicos más grandes, permitirle que escuchen un determinada música, en caso de que no te guste, aprende a realizarle preguntas para que reflexione sobre lo que esto aporta en su vida.
Autonomía conductual
Es la capacidad de realizar actividades y acciones por sí solo de manera segura. Ejemplos son, que el bebé pueda comer solo, aunque se embarre de comida, que el niño se bañe y se vista o que escoja el deporte que le gustaría practicar.
¿Cómo detectar si mi hijo tiene problema de autonomía?
Cuando una persona tiene problema en desarrollar autonomía presenta algunas de estas dificultades: se muestra dependiente en actividades que puede realizar solo, le cuesta elegir que quiere, no crea soluciones frente a los obstáculos, no es responsable de lo que hace, no confía en sus capacidades, no se adapta fácilmente a los cambios y se frustra, abandona a la más mínima dificultad.
Si observas algunas de estas señales, a continuación te muestra una guía breve por edad para que promuevas esta capacidad.
Guía de actividades por edad para fomentar la autonomía
0 a 3 años
- Agarrar el biberón y beberse su leche.
- Comer solo.
- Ponerse las medias y zapatos.
- Recoger sus juguetes
- Cumplir con el horario de dormir.
- Lavarse las manos antes y despúes de comer.
4 a 6 años
- Actividades de higiene personal.
- Tender su cama.
- Recoger la habitación.
- Elegir su ropa de vestir.
- Establecer horario de deberes escolares y juego.
- Realizar el cuidado de una mascota.
- Elegir su merienda.
7 a 12 años
- Realizar quehaceres domésticos diarios.
- Elegir y comprar su ropa.
- Despertarse solo en las mañanas.
- Cumplir con el horario de deberes escolares.
- Seleccionar las actividades de ocio que le gusta.
- Preparar comidas, ya sea su desayuno o cena.
Recuerda que los hijos necesitan construir sus propias alas para que puedan volar solos y ser felices!!!.
Imagen: educrea.cl