Embarazos en adolescentes y su impacto en la familia

Embarazos en adolescentes y su impacto en la familia

En República Dominicana, según los datos de la Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa, 2013) una de cada cinco mujeres adolescentes entre 15 y 19 años ha tenido hijos o ha estado embarazada. Cómo país ocupamos el quinto lugar en América Latina con la tasa más alta de la Región de embarazo en adolescentes entre 15 a 19 años. Y es la razón, por la cual, el país se sumerge en una lucha constante para prevenirlo.

En ese sentido, durante el mes de septiembre se realiza una campaña educativa con la finalidad de crear conciencia entre los jóvenes sobre las alternativas anticonceptivas que existen y que puedan tomar mejores decisiones, informados sobre su salud sexual y reproductiva, con el objetivo de prevenir el alto índice de embarazos no planificados a nivel mundial. Esta campaña, surge como iniciativa de Uruguay en el 2003 para Latinoamérica, celebrando el 26 de septiembre como el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes (DPEA).

¿Qué podemos hacer como padres ante esta realidad?

Los cambios en las familias suelen ser difíciles más aún si es un cambio a destiempo, y los proyectos y expectativas se ven confrontados con una realidad no deseada por el entorno familiar. El impacto que genera la realidad de que un adolescente ha iniciado su actividad sexual a destiempo, y terminó en un embarazo no deseado, pone a prueba al sistema familiar en el proceso de vivir, aceptar o no la realidad del hecho. La destrucción, construcción o continuidad del proyecto de vida de la pareja adolescente o de la adolescente embarazada dependerá en gran medida del tipo de respuesta que como padres podamos ofrecer a lo que ya está ocurriendo. Lo primero para aceptar la realidad y no dar paso a los cuestionamientos, acusaciones y culpas, es buscar comprender las consecuencias físicas, psicológicas, económicas y sociales. El castigo suele ser una respuesta errada ante el aprendizaje que puede devenir de esta experiencia para toda la familia.

¿Qué consecuencias representa para su salud y desarrollo?

Se pueden presentar complicaciones durante el embarazo y al momento de desembarazarse (Anemias, prematuridad, abortos, complicación del parto) por lo cual necesita de un seguimiento médico y del apoyo social que brinda la familia y entorno, y del seguimiento médico

En el aspecto psicológico, la falta de madurez, pérdida de la red de apoyo, sensación de desvalimiento, podría desarrollar una pobre autoestima y sentimientos de incapacidad y afectar la capacidad de enfrentar la parentalidad de una manera responsable y que asegure el su buen desarrollo y el apego sano hacia el bebe.

A nivel social puede sentirse rechazada por sus amigos, la pareja y hasta su familia, puede abandonar los estudios, aumenta su dependencia y se coarta su autonomía. En algunas ocasiones se ven forzados al matrimonio o vivir en casa de un familiar o amigos cuando la familia le rechaza el apoyo.

Por otro lado, en el aspecto económico, la imposibilidad para ambos padres adolescentes de conseguir trabajo es mayor, en la mujer es siete veces más difícil por su inexperiencia y falta de formación, necesitará de una ayuda económica. La maternidad en sí tiene un alto costo para los trabajos informales a los que acceden sumergiéndoles en el ciclo de la pobreza.

¿Estamos en desacuerdo sobre qué se debe hacer?

En  algunos casos, ante la noticia del embarazo uno de los padres decide echarle de la casa mientras el otro prefiere asumir la situación y apoyar al hijo o hija. Evidentemente tratar de ponerse de acuerdo sobre qué hacer ante la situación es vital para no sumar conflictos a la relación de pareja. Discutir sobre la pérdida de la expectativa o ideal de que se tiene de los hijos permitirá afrontar la situación en su justa dimensión.

Mientras no exista un acuerdo,  uno debe esforzarse en apoyar a la hija frente a la actitud del otro, sin confrontarlo sobre la reacción esperable producto del hecho y entendiendo la necesidad de darle un tiempo al padre para enfrentar y aceptar la situación. Mientras atraviesan un proceso de duelo en sus roles parentales, para asumir y mostrar la realidad a esta adolescente sobre las consecuencias de sus hechos motivando factores protectores que permitan a la misma desarrollar una actitud resiliente, ser capaz de enfrentar la realidad y ajustarse a sus nuevas demandas como madre, sin que esta se convierta en la razón de “Troncharse la vida” y logre de un maternidad saludable para ella, la familia y su bebe.

Sentarse y reflexionar sobre lo que pueden hacer, escuchando la opinión de los padres adolescentes y de la familia del joven para asegurar una toma de decisiones adecuada al bienestar de todos. Evaluar el impacto que representa en la vida de estos adolescentes el hecho de convertirse en padres. La realidad de enfrentarse a estos procesos solos, sin apoyo de sus familiares puede degenerar en una incapacidad de desarrollar como individuos y de poder responsabilizarse con madurez al recibimiento de este nuevo miembro de la familia. Si es necesario buscar acompañamiento de un terapeuta familiar que permita deslindar el dolor de la acción que necesita la familia para superar este conflicto.

¿Los padres de la adolescente embarazada deben hacerse cargo de su nieto?

Se debe apoyar sin quitar responsabilidad a los nuevos padres. Una cosa es cuidar de los nietos para que puedan estudiar, a cuidar de ellos para que puedan recrearse. Una vez asumido el reto de ser padres adolescentes muchos cambios sociales vendrán a su vida. El juego no es ya solo juego sino protección y cuidado a una tercera persona. Cuando quitamos responsabilidades no se asumen las consecuencias y la madurez que podría devenir de este hecho al final no llega.

¿Cómo cambia la relación de la adolescente con sus padres, luego de salir embarazada?

Generalmente en la adolescencia media, de 14 a 17 años aproximadamente, los adolescentes están en un tránsito hacia la edad adulta: necesitan sus espacios y momentos de intimidad, su privacidad, afirmar su personalidad y buscar su propia identidad pero entre sus pares, alejados de los adultos, realidad que muchas veces se concibe como rebeldía por desconocimiento de la familia sobre la adolescencia y los cambios que ocurren en su etapa. Sin embargo, el hecho de pasar por esta situación motiva a una cercanía frente a los padres que logran aceptar y acompañar a sus hijos, y de  no ser así acercarse a la figura adulta de apoyo.

Puede tornarse conflictiva, distante o nula durante el inicio producto del shock al recibir la noticia. Luego de aceptar y la familia decir acompañar a la adolescente esta puede vincularse mayormente con la madre quien ve en ella la experiencia de lo que ella está viviendo, buscando un apoyo y comprensión frente a los cambios físicos, emocionales y sociales que inciden en su propia sicología y en la motivación para superarlos y lograr alcanzar las metas propuestas previo a este acontecimiento.

La adolescencia es una etapa de separación e individuación. Esto supone la configuración de una identidad propia, la búsqueda del concepto de sí mismo, así como dejar los lazos de dependencia infantil.

¿Deben las familias buscar ayuda profesional para manejar este tipo de situaciones?

El embarazo en adolescentes necesita de un equipo de profesionales que repercuta en una resolución favorable para la madre, el niño y la familia. De esta forma podremos prevenir complicaciones en el embarazo, parto y puerperio como en la salud misma del recién nacido, además de prevenir problemas sociales y económicos que pudieran marcar el desarrollo de la nueva familia estancándoles en una situación de pobreza. La buena comunicación y empatía es vital en este tema. Hacer un abordaje profesional positivo y no fatalista como muchas veces la familia lo asume y no logran verlo de otro modo.

Imperante consultar siempre los profesionales de salud para su atención y planificación previo y posteriormente al embarazo, además de combinar con un proceso psicoterapéutico familiar para salvaguardar la armonía y ayudar a superar la crisis de manera adecuada.

Dra. Patricia Reyna

Terapeuta Familiar y de Parejas

Centro Vida y Familia Ana Simó

Imagen tomada de: lanota957fm