Acoso… cuando la sobreinformación se vuelve un peligro

Acoso… cuando la sobreinformación se vuelve un peligro

En un mundo digital es común que al conocer a alguien de manera inmediata le busquemos en las redes sociales, investiguemos sobre su trabajo, gustos, lugares preferidos, personas a las que conoce y hasta sus ex parejas.

Lo que nos lleva al siguiente análisis: ¿qué tan vulnerables somos al exponernos de manera casi ingenua en las redes sociales?, ¿cómo sin proponerlo le brindamos al mundo información muy valioso a todo aquel que entre a nuestro perfil? Sin pensarlo mucho nos convertimos en “libros abiertos” exponiendo información sobre nuestro trabajo, familia, pareja, pasatiempo y otras cosas; lo peligroso es que con esta conducta cualquier persona no puede ubicar y si esta persona es peligrosa u hostil podemos correr grandes riesgos.

Mirar y curiosear no es malo, pues al principio esto puede ser simple curiosidad pero ¿qué pasa si dicha conducta persiste en el tiempo? Dentro del acoso podemos encontrar varios sub tipos. En la tipología cibernética encontramos la definición de stolkear, siendo esto el acto de vigilar las redes sociales de una persona así como buscar toda la información posible sobre esa persona.

Pero esto no se queda en la red, el acosador generalmente se traslada a los lugares de la persona que está vigilando y se acerca de manera sigilosa para establecer contacto.

Por supuesto para la psiques del acosador todo lo que hacer es simplemente interesarse en una persona, es conocerla y cuidarla y “vigilar” que otros no le hagan daño o no lo se le acerquen.

Al establecer una relación son altamente peligrosos, pues son capaces de lo que sea con el único objetivo de poseer al objeto amado, sí, objeto no sujeto, el acosador es por definición posesivo, controlador y anula la voluntad de la pareja, minimizando su conducta y normalizando la misma delante de ésta.

El aislamiento es una de las herramientas que el acosador utiliza para someter a la víctima a su voluntad, con esta acción también busca despojarla de todas sus redes de apoyo como son su familia y amigos. La víctima con el paso del tiempo desarrolla un miedo que se trasforma en un trastorno de ansiedad con síntomas de depresión incluidos.

El acoso no es amor, el acoso jamás será proteger. Si vives acoso debes denunciar pues el acosador no se detiene, sólo cambia de víctima cuando así lo decide. Nunca es o será normal que un ser humano acose a otro. Cuida lo que compartes en la red, se cauteloso/a con la información que publicas y observa con objetividad a las personas que se acercan a ti.

Heidy Camilo Hilario

Terapeuta sexual y de pareja

Especialista en violencia intrafamiliar

Centro Vida y Familia Ana Simó

Imagen tomada de: radiocontinetal.com