La decadencia de los vínculos afectivos
Varias décadas atrás, 80s y 90s, usados como referencia, y obviamente antes de eso como una constante, era muy fácil formar vínculos, independientemente de las partes negativas que también se vivían en esos vínculos, como la discriminación hacia la mujer por las diferencias de género.
Hemos ido avanzando y logrando que cada vez más se reconozca que las mujeres tienen los mismos derechos, pero por otro lado la tecnología ha traído consigo un cambio humano en términos de comunicación e interrelación. Si observamos este fenómeno, anteriormente la mediación para que dos personas se conocieran y formaran un vínculo afectivo/amoroso, generalmente era otro ser humano, en la actualidad es todo lo contrario, y esta mediación viene dada por los celulares inteligentes a través de las plataformas de las redes sociales.
Esta mediación ha planteado tantas opciones como el cerebro se pueda imaginar, sumado a la inmediatez con que esto pasa día tras día. Lo que esto ha traído como consecuencia es que está pasando precisamente lo contrario que pasaba en el siglo pasado, está resultando muy difícil formar vínculos, y lo que se forman son relaciones sin mucho peso, ya que las personas no quieren enfocarse en desarrollar este vínculo con una persona en particular.
La gran trampa está en que al cerebro le encanta ser estimulado de manera constante. Es precisamente esto lo que la tecnología le está brindando. Por un lado, desarrolla nuevas habilidades en términos de desarrollo neuropsicológico, pero por otro lado dificulta el enfoque determinado en un tema que se quiera desarrollar, por ejemplo, algo tan delicado como formar vínculo con otra persona para formar una relación de pareja.
Las parejas que ya estaban establecidas antes de que llegara todo este auge de las redes sociales, de igual modo, están teniendo ya desde hace un buen tiempo conflictos generados por las mismas situaciones. Esto le da peso a la hipótesis de que al cerebro le encanta todo esto que está pasando, porque estas personas se están comportando como si llegó un juguete nuevo y se están desenfocando por completo de sus relaciones de pareja.
Al final vemos el mismo resultado. Formar vínculos está siendo difícil, y mantener vínculos ya formados está resultando mucho más difícil. Disfrutar de los avances tecnológicos es interesante, y utilizar la tecnología para desarrollar cosas importantes es algo de mucho provecho, pero también es importante que estemos atentos a que, si utilizamos estos recursos de una manera no inteligente, cada vez más iremos en decadencia con relación a desarrollar, establecer, y mantener vínculos afectivos saludables.
Ramón Emilio Almánzar, MA, MCs
Psicólogo clínico-Sexólogo-Terapeuta Familiar/parejas
Centro Vida y Familia Ana Simó
Imagen tomada de: www.eldia.com