El fantasma de la violencia intrafamiliar

El fantasma de la violencia intrafamiliar

La violencia se basa en la ilusión de que la vida es una propiedad a ser defendida en lugar de ser compartida”. (Henri Nouwen)

Cada día en nuestro país se trabaja arduamente el problema de la violencia intrafamiliar y de género, intentando parar con tanta violencia hacia la mujer. Pero en este artículo no leerás en que consiste este tipo de violencia, de los factores de riesgo y mucho menos pautas para protegerse de ella. Y dirás entonces -¿de qué me hablará?…

Te quiero hablar del sufrimiento y experiencia de quien sufre la violencia “indirecta”, de aquel inocente y frágil criatura, que la vive sin entender lo que pasa, sin comprender como se puede dar cariño y golpe a la vez, como el amor y el maltrato pueden convivir como si no pasara nada. De la ambivalencia que se apodera de él o ella, y como su cerebro busca protegerlo, porque no da cabida a lo que vive, lo que escucha y ve muchas veces detrás de la puerta. Como su mente busca cuidarlo de lo que ni él mismo entiende y se rompe la realidad, entonces se obliga a olvidarlo todo, y vivir como si no pasa nada.

Pero la realidad es que sí, si hay un presente que hiere, que altera sus procesos cognitivos, sus emociones, que rompe su inocencia, que flaquea su infancia, que pone patas para arriba todo su ambiente, su mundo y que le hace odiar, rechazar, temer a quien se supone que debe protegerle.

Entonces empieza a buscar respuesta a lo que observa en su ambiente-¿Por qué le pone el café y se despide con un beso, cuando ayer recibió una bofetada?, ¿Por qué le grita? ¿Por qué tiene que golpearla?… preguntas sin respuestas, que con el tiempo espera responderse. Porque la respuesta que le dan en casa es la siguiente -que todo está bien, a pesar de todo nos quiere, mira cómo se esfuerza y trabaja mucho para que no nos falte nada, fue solo un impulso, no es su intención dañar, es tu padre y debes quererlo siempre, no le guardes rencor, no volverá a pasar. Y continúa la confusión entre lo que siente y lo que tiene que sentir. Es un proceso largo y amargo, se llega a la adolescencia, a la vida adulta y se cree que se ha superado todo, al final tuvo la oportunidad de crecer junto con sus padres y en una familia.

Ese preámbulo que te he hecho es para decirte que aunque no lo creas esas vivencias, experiencias, son variables que repercuten en la vida adulta, aunque no seas consciente. A pesar de que vivas huyendo, renegando y ocultando el fantasma, que no es más que la violencia. La cual se hace presente en ciertas situaciones cuando sin darte cuenta hieres a quien te ama, después de haber afirmado tantas veces que no serias como esa persona que te hizo daño, que no le harías eso jamás a tu familia. Cuando se vive violencia intrafamiliar, esta deja su huella y en silencio actúa, afectando la autoestima, el auto concepto, nos hace ser impulsivos, agresivos, a refugiarnos en malos hábitos y en casos más grave a padecer de alguna patología del estado de ánimo, ansiedad y conducta. De tal manera, que el mecanismo más frecuente que se desarrolla es de negar los sentimientos y emociones hacia lo vivido. Creyendo que este fantasma no volverá, que es parte de nuestro pasado, y lo peor es que retroalimentamos esa postura.

Por esta razón te invito a que sanes tu niño interior, que busque ayuda en cuanto te des cuenta de que la necesitas, que trabajes esas emociones que no eres capaz de reconocer, de ponerle nombre porque durante mucho tiempo te convencieron de que no debías sentirlas y que has reprimido hasta ahora. La intención no es que hagas una catarsis o crear caos en tu presente, más bien es que te conozca y no repita tu historia en quien más ama de manera consciente o inconsciente. Porque la mejor manera de prevenir y terminar con la violencia generacional, es sanando tu ser, es adquiriendo las habilidades y mecanismos adecuados para enfrentarte a tu pasado que se hace presente en tu vida actual.

Alie Wiesel señala: “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.

 

Clara Céspedes
Psicóloga clínica
Imagen de: quintanaroohoy.com