El divorcio y los hijos, ¿qué pasa con la familia?
“Doctor, yo me quiero quedar por mis hijos” “No puedo vivir sin mis hijos” “Cuando pienso en que no estaré con mis hijos me pongo a llorar”. Es uno de los argumentos que más he escuchado en terapia, cuando ya una persona está harta de una relación de pareja que no funciona, en la que ya ha tomado la decisión mental de no estar, donde ya sabe que no quiere a su pareja, que ya no le gusta.
A ver, todo eso es comprensible, entendiendo que esos hijos son parte del sistema familiar que esas dos personas decidieron desarrollar. Ahora bien, una cosa es la relación de pareja y otra cosa es la parentalidad (relación de la mamá o el papá con sus hijos).
Es bueno sopesar si realmente ya la relación de pareja es insostenible, si de verdad ya no quieres o ya no te gusta tu pareja, este es el primer paso. De identificar esto, pues sería trabajar el segundo paso que es organizar de manera saludable una separación, que no perjudique a los hijos.
A los hijos no se les hace daño con una separación. Lo que hace daño son dos cosas: 1, que los padres se queden juntos de manera disfuncional, lo que conlleva una dinámica muy desagradable alrededor de los hijos; 2, que en medio de la separación y posterior a esta, la mamá o el papá descuiden el vínculo con sus hijos.
Siempre es importante hacer las cosas de manera responsable, incluso las separaciones. No adelantarse a las reacciones de cada cual. Muchas veces los padres tienen miedo de cómo van a reaccionar los hijos, pero cuando se manejan bien las cosas, generalmente los hijos viven el proceso de manera saludable, con todo y el dolor que pueda implicar.
La terapia siempre es un recurso de apoyo emocional y sostenimiento. En este orden, es bueno sopesar la idea de poder ir a un terapeuta familiar para organizar el proceso de la separación, y ver la necesidad de que los hijos también asistan a la terapia si así lo ameritase.
Cargar a los hijos con la responsabilidad de que tú no decidas saludablemente trabajar tu relación o separarte responsablemente, es, valga la redundancia, una irresponsabilidad.
Ramón Emilio Almánzar
Psicólogo clínico / Sexólogo / Terapeuta familiar/parejas
Imagen tomada de: www.moyamarinabogados.es