Embarazo y salud mental
Vivimos en una sociedad bastante convulsionada, donde las demandas y exigencias están a la orden del día, en el caso de las mujeres estás exigencias tienden a ser un poco más altas. Cuando hablamos de maternidad surgen una serie de creencias alrededor de esta, de cómo se supone que deberíamos ser y actuar; lo que te hace una buena madre o no. La maternidad que tiene sus dulces y sus amargos, pero para ser honesta muchas veces se romantiza, creando una fantasía que se esfuma una vez que la vives.
Algo que se deja a un lado en gran parte de nuestras vidas es la importancia de nuestra salud mental, la mayoría de la población sigue creyendo que ir al psicólogo o al psiquiatra es para locos, pero la realidad es que no es así. Una población bastante desatendida son las mujeres embarazadas, nadie se preocupa por saber cómo está la mujer, cómo se siente con este proceso de transición que está viviendo.
A veces solos se ocupan de decirle lo que tiene que hacer, tener en cuenta o lo que debe evitar, ojo, no digo que esto no es importante, pero con qué frecuencia se le pregunta a la mujer cómo se siente, qué necesita, se le brinda un escucha activa o simplemente se esta ahí para ella.
La verdad es que la maternidad muchas veces es idealizada, con esto me refiero con esto solo se habla de lo bonito, de lo maravillosa que es, como por ejemplo se puede llegar a pensar: “siempre me voy a sentir plena y feliz; siempre voy a saber que hacer porque mis instintos me van a decir qué hacer; mi hijo siempre será mi prioridad”, pero la realidad es que muchas veces no es así, ya que durante el proceso de gestación se dan los malestares que pueden desaparecer después de uno meses, los cambios físicos y los dolores que traen estos, la angustia que se genera por si será una buena madre o no, si será capaz o no.
Además de eso, se entiende que si la mujer se queja o manifiesta desagrado es una mala madre, que no esta agradecida con el proceso que está viviendo y la verdad, es que nada tiene que ver, la maternidad es un proceso de transición donde se producen un sin fin de cambios a nivel físico, mental y hormonal y cómo es normal tenemos días buenos y malos, donde se siente más a gusto que otros y esto se debe a los cambios hormonales que esta experimentando.
Es una etapa maravillosa la mayoría de las veces, donde lo que se necesita principalmente es el apoyo sin juzgar, sin incrementar la angustia que ya se tiene producto del cambio, de no saber cómo hacerlo, pero con el deseo profundo de hacerlo lo mejor que pueda. Cuando miramos la maternidad como el proceso de transición que es, con altos y bajos le brindamos una visión más realista y abierta a lo que viene con ella, estando atentos no solo a la criatura que crece en el vientre sino también al sentir de esa mujer para poderle brindar el apoyo y la contención necesaria.
Ten presente que “Cuando nace un bebé también nace una madre, cada uno con sus propias particularidades”