La presencia invisible

La presencia invisible

Una de las responsabilidades que tienen los progenitores cuando asumen el proyecto familiar, es prestarle la debida atención a sus hijos y a la pareja. Esta atención, no sólo se circunscribe al plano de lo económico/material, sino que conlleva una inversión en asuntos de tiempo y espacio.

 

Cuando uno de los padres siempre tiene otras cosas que atender (televisión, celular, computadora, etc) aún en los momentos donde se supone que debe dedicar ese tiempo a sus compromisos parentales y conyugales, está fomentando un desequilibrio en la familia, ya que está contribuyendo al deterioro entre los vínculos emocionales entre ellos y sus hijos, o su pareja.

Por otro lado, se crea mucho resentimiento cuando no se establecen límites claros entre lo que es el espacio personal y el espacio que se debe dedicar a la familia. Por esta razón, es importante tener siempre en cuenta, desde el inicio de una relación, que los aspectos relacionados con compartir con cada miembro de la familia, y con la totalidad de la misma, siempre debe ser una prioridad.

Es responsabilidad de cada miembro de la pareja aportar al sano desarrollo de la familia. A veces, el egoísmo que es característico de cada ser humano lo coloca en una situación de no darse cuenta del posible daño que propician sus conductas. En este sentido, quizás en algún momento uno de los hijos o la pareja le haga el señalamiento de que siempre “se la pasa” haciendo cosas personales, y que cuando debe de estar en familia no le interesa, pero se pondrá a la defensiva y no admitirá su actitud negativa.

La familiar va creciendo y moviéndose a expensas emocionales de uno de sus miembros. Podría ser que esto fomente un estado de desilusión para futuros proyectos de los hijos, ya que está aprendiendo que estar en pareja y familia implica simplemente un estatus social, pero no un plano de convivencia y armonía grupal.

La desintegración familiar por estas causas, más el deterioro conyugal son los elementos negativos más visibles de esta mala práctica personal. Es importante tomar en cuenta que acomodarse en las demandas del egoísmo muchas veces nos conduce al daño de las personas que viven en el mismo espacio que uno, por lo que es importante estar siempre pendiente y alerta de cuál es el comportamiento que estoy asumiendo con la familia que decidí tener, y cuál es el comportamiento personal, para que siempre se mantenga más o menos un equilibrio.

Ramón Emilio Almánzar, MA, MCs

Psicólogo, Sexólogo, Terapeuta Familiar

Centro Vida y Familia Ana Simó

Imagen tomada de: planetamama.com