Nacimiento del segundo hijo

Nacimiento del segundo hijo

Luego de las transformaciones que experimenta una pareja con el nacimiento del primer hijo, encuentran nuevas formas de organizarse, comunicarse, adaptarse a los cambios que dicha etapa conlleva, lo que, a su vez, capacita a los padres a enfrentarotros cambios como la llegada del segundo hijo.

Las experiencias vividas con los primeros cambios los ayudarán a enfrentar esta etapa con mayor seguridad. Lo que era nuevo con el primero hijo se traduce a conocimientos adquiridos que necesitarán para responder a las necesidades de dos hijos.

Es común que frente al nacimiento de un hermano, surjan los celos fraternos. Frente a estos es necesaria la empatía de unos padres comprensivos que desde el embarazo promuevan la relación y sentimientos positivos entre los hermanos. Hacer al hijo mayor partícipe del proceso de crecimiento del embarazo puede ser efectivo. Se podrían utilizar diferentes tareas como:

–        Enseñarle las imágenes sonográficas y permitirle que toque la barriga y hable con él.

–        Socializar los sentimientos con preguntas como: ¿De qué sexo crees que nazca?, ¿Qué jugarías con el si fuera varón o con ella si fuera hembra?, ¿Le prestarías los juguetes de niño pequeño que ya no usas?

–        Permitirle seleccionar el color de la habitación entre varias opciones y ayudar a organizar la habitación del bebé.

–        Hacerle una medalla o un regalo por convertirse en hermano mayor el día del nacimiento del bebeé.

–        Lograr dedicarle tiempo individual constantemente para que sienta que tanto papá como mamá lo siguen amando a pesar de que hay un nuevo miembro en la familia.

Es común que, al nacimiento del segundo hijo, el hijo mayor se sienta desplazado por todas las atenciones que un recién nacido demanda; es por esto que el tiempo individual debe ser una de las tareas principales. Aunque explicarle que lo que hacen con el bebé lo hacían cuando él era un bebe es positivo, el niño necesitará sentir (con acciones) que sigue siendo importante para sus padres.

En ocasiones pensamos que igualar a los hijos es positivo (vestirlos iguales, comprarles el mismo juguete, si uno va con la tía el otro debe ir también), sin embargo, el poder diferenciar a ambos hijos con las características individuales de cada uno es lo realmente positivo. Desde la explicación: “Te amo igual en cantidad pero a ti te amo por ser mi hijo mayor y a tu hermano lo amo por ser mi hijo menor”. Destacar las cualidades que cada uno desarrolle en el proceso de crecimiento es necesario para la creación de una adecuada autoestima basada en la diferenciación entre uno y otro, lo que, a su vez, impide la práctica de las comparaciones que tanto afectan a los hijos y la relación entre hermanos.

Lic. Lorraine Isa, M.A.

Terapeuta familiar y de pareja

Especialista en intervenciones en psicoterapia

Centro Vida y Familia Ana Simó

Imagen tomada de: www.glitztvla.com