Secuelas emocionales del COVID19
El COVID19 ha sido de gran impacto en la vida de cada ser humano, una pandemia que nos toma por sorpresa cambiando drásticamente nuestras vidas. Cumplido un año de su llegada, hemos ido recuperando nuestras rutinas, poco a poco nos reintegramos a lo que era nuestra normalidad. Sin embargo, la misma ha dejado consecuencias psicológicas y materiales de las cuales aún nos estamos recuperando.
Una de las secuelas que nos deja esta pandemia que casi culmina, es el temor, el temor de salir a las calles y exponernos a la vida, relacionarnos con otras personas, reintegrarnos laboral y socialmente. Entendimos que la vida es frágil y vulnerable, que podemos utilizar ese temor como una emoción que se presenta para protegernos, para alertarnos, para ayudarnos a ser precavidos en la reinserción a nuestra vida laboral y social, mientras no dejamos de vivirla.
Hemos aprendido a través de este trayecto lleno de retos, que somos fuertes y resilientes, que logramos salir adelante enfrentando nuestras propias debilidades y encontrándonos con nosotros mismos, aprendimos cuan necesaria es la compañía de familiares y amigos para apoyarnos y compartir nuestras experiencias de dolor, de tristeza, de temor, de alegrías. Aprendimos a fortalecernos, a reinventarnos, a reconocer nuestras emociones, a darnos cuenta de lo que somos capaces.
Lo más difícil que hemos tenido que enfrentar son las pérdidas de seres queridos. Cuanto dolor hemos sentido con la muerte de familiares y amigos, que tristeza nos deja su ausencia y cuantos recuerdos que atesorar. Cuán difícil ha sido para las personas que compartían una relación de pareja que culmino al reencontrarse y descubrir que dejaron de ser pareja y la relación ya no existía.
Así nos vamos despidiendo de esta pandemia, con la experiencia que nos deja dolor que nos toca atravesar y aprendizajes que debemos atesorar.
Lic. Lorraine Isa, M.A.
Terapeuta familiar y de pareja
Centro Vida y Familia