La salud mental en tiempos de postpandemia
La preocupación por la Salud Mental ha cobrado gran importancia en los últimos tiempos, especialmente luego de que millones de personas alrededor del mundo se vieron afectadas directa o indirectamente por los estragos que ocasionó el Covid-19 en la población, y en donde no hubo distingo de edad, sexo, status socio-económico o cualquier otra variable que se pudiera tipificar.
Si bien es cierto que al principio la mayor atención estuvo centrada en estudiar el comportamiento del virus y los síntomas que este producía, así como en la movilización de organismos públicos y privados en conjunto con la participación activa de grandes científicos, que colaboraron arduamente para frenar esta terrible pandemia, y todo el personal de salud y de otras áreas que tuvieron que movilizarse para dar una respuesta oportuna a la solución de este mal que ha dejado grandes secuelas en todos los niveles; esto también generó una ola de pánico o temor colectivo que se ha mantenido hasta el día de hoy, aunque quizás en menor escala desde que apareció la enfermedad.
Con el tiempo se fueron evidenciando alteraciones del comportamiento, problemas emocionales y fallos cognitivos importantes; así como otras alteraciones que se relacionan con la esfera psíquica. Muchos investigadores se han enfocado en aquello que ha condicionado la aparición de síntomas, lo que nos permitiría hablar de algunos factores que desencadenaron manifestaciones neuro-psiquiátricas postpandemia; entre los cuales podemos mencionar los siguientes:
- Impacto directo de la infección por Coronavirus sobre el Sistema Nervioso Central
- Proceso de duelo por la pérdida de familiares y amigos (duelo mal resuelto y/o la pérdida en sí)
- Medidas de confinamiento (aislarse, limitación de actividades)
- Desempleo (reducción de personal, cierre de empresas)
- Incertidumbre económica
- Carencias sanitarias (hospitales y clínicas con muchas demandas, personal y material insuficiente)
- Trabajo excesivo (largas jornadas laborales)
- Cambios en los horarios y las rutinas diarias
- Sobreexposición de información a través de las redes sociales
- Incertidumbre generada por la pandemia
- Trastornos mentales previos
Todos estos factores antes señalados, contribuyeron en gran medida a la aparición de síntomas relacionados con la salud mental de las personas. Entre los cuadros más observados y que han persistido después del COVID-19, se señalan: el insomnio; la fatiga; el deterioro cognitivo (dificultades de atención, concentración y memoria); los problemas de Ansiedad y Depresión; el Trastorno de Estrés Postraumático; los Ataques de Pánico, entre otros. Se añaden a esa lista otros trastornos psiquiátricos y alteraciones como: el Trastorno Obsesivo Compulsivo; las fobias (agorafobia, fobia social, fobia específica); Disfunciones Sexuales (disfunción orgásmica, eyaculación precoz, disfunción eréctil, alteraciones del apetito sexual, entre otros); los trastornos relacionados con el consumo de alcohol y otras sustancias (tabaco, marihuana, cocaína, benzodiacepinas); Adicciones Comportamentales (video-juegos, juegos de azar, pornografía, adicción al sexo); Síndrome de Burnout; Síndrome de la Cara Vacía; Violencia de género, intrafamiliar y social; Psicosis y otros trastornos delirantes (celotipias, ideas de daño y persecución).
Como vemos, son muchas las manifestaciones asociadas a la pandemia que afectan la salud mental del individuo; es por lo que se hace necesario dar una serie de recomendaciones que nos sirven para prevenir la aparición de cuadros más graves o facilitar la atención de esos casos que ya se hayan presentado en las personas. A continuación, te las detallamos:
RECOMENDACIONES:
- Identificar a tiempo los signos y síntomas relacionados con los trastornos cognitivos, del estado de ánimo y/o que afecten la Salud Mental.
- Mantener los cuidados básicos en salud y las medidas sanitarias correspondientes (hábitos higiénicos, medidas de protección, chequeos médicos, entre otros).
- Limitar las notificaciones sobre la pandemia y verificar fuentes confiables de información, sin tener que alarmarse.
- Mejorar la atención en los grupos de riesgo: mujeres, jóvenes, enfermos, adultos mayores.
- Garantizar la eficiencia del sistema de salud y educativo.
- Mantener hábitos de vida saludables.
- Descansar de jornadas de estudio y laborales extenuantes.
- Crear redes de apoyo socio-familiar que permitan afrontar el duelo de manera adecuada.
- Disfrutar de la interacción social.
- Mantener una comunicación asertiva en nuestras relaciones interpersonales.
- Crear estrategias que permitan afrontar el estrés (charlas, talleres, terapia de relajación).
- Buscar la ayuda profesional.
Además de tener que lidiar con algunos aspectos socio-culturales que limitan la capacidad de adaptación del individuo, es fundamental tomar en cuenta que esta pandemia nos ha llevado a hacer cambios en nuestro estilo de vida, tan necesarios para poder salir airosos de esta dura prueba que nos ha tocado vivir; y tal como lo resume una frase de Charles Darwin “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio” …esto no solo nos garantizará el equilibrio en nuestra salud mental, sino también en nuestra salud física.
Imagen: mejorconsalud.as.com