El Arte de Ser Abuelos

El Arte de Ser Abuelos

Cuando llegan los nietos a las familias se viven momentos de gran alegría y los abuelos deben compartirla sanamente, identificando claramente su papel. Para muchas familias, los abuelos suelen ser como ángeles que están presentes para cumplir el rol que los padres por cualquier razón (muerte, abandono, mudanza hacia otro país) no pueden cumplir. En estas familias, los abuelos tienen la responsabilidad de las decisiones sobre los nietos; constituyéndose en fuente primaria de afecto y sostén de los mismos.

Para otras familias, donde los abuelos cumplen un rol de cuidadores mientras los padres trabajan, es indispensable que los abuelos reconozcan que las responsabilidades antes mencionadas pertenecen a ellos hasta el momento en que los padres retornan al hogar.

Existen familias en las que no se presenta ninguna de las situaciones expuestas anteriormente; sin embargo, es frecuente encontrar abuelos muy cariñosos  y compasivos que generan ataduras invisibles con algunos miembros de su familia, especialmente con los hijos y nietos, justificándose a si mismos y delante de los demás en el amor que les tienen o en que no pueden quedarse de brazos cruzados, entre otras motivaciones propias.

Hay abuelos que ocupan el lugar de los padres. Esto puede ser muy cómodo para los padres, pues tienen a alguien que se ocupa de los niños. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la experiencia ha demostrado que, a la larga, trae consecuencias negativas para todos, especialmente para los niños.

Es posible, que por causa de todos los problemas sociales y conflictos familiares, algún abuelo o abuela deba ayudar a alguno de sus hijos en la crianza de los niños. No obstante, esto no debería ser una situación permanente. Además, las decisiones de los abuelos, en relación con los nietos, no deberían prevalecer sobre la de los padres.

Existen otros abuelos que no han sanado totalmente las carencias materiales y las heridas de su propia niñez e inconscientemente intentan llenar esos vacíos afectivos con los nietos. Muchas veces se esmeran en dar a los niños aquello que no tuvieron en su infancia con un amor excesivo y llegan a consentirlos.  Esta actitud para ellos es natural, pues disfrutan de sus nietos sin detenerse a pensar que son los padres los llamados a establecer los límites en las complacencias y la disciplina que debe regir a sus hijos.

Otra conducta que vale destacar es cuando los abuelos se sienten responsables por no haberle dado a sus hijos todo el amor y la atención que necesitaban cuando estos eran niños  y sin notarlo procuran pagar esta deuda afectiva con los nietos.

Estos abuelos, sin darse cuenta y sin quererlo, han ocupado el lugar de los padres. Y cuando esto sucede pueden llegar a desautorizar a los padres cuando estos intentan corregir al niño, involucrándose en la corrección en defensa del niño, comprándole algo que el padre había decidido no comprarle, permitiéndole dormir con ellos cuando el padre intenta que duerma solo, apoyando la mala conducta abrazándolo mientras el padre lo corrige.

El tipo de abuelos descrito anteriormente se caracteriza por hacer más de lo que deben hacer, opinando sobre cosas que ya no deberían opinar o tomando decisiones por los hijos que deberían tomar ellos mismos, aun con el riesgo de equivocarse. De este modo, no les permiten aprender de los propios errores y continuar en el proceso de maduración personal que deben agotar.

Algunos abuelos cuando se les pide explícitamente que no intervengan, comienzan a alejarse con una actitud susceptible, utilizando este mecanismo como manipulación. Con esto los padres pueden sentirse culpables y volver a la dinámica anterior donde los abuelos aparecen como “salvadores”.

Es importante destacar que los padres pueden invitar a los abuelos para que aporten sus opiniones sobre los procesos que estén viviendo sus hijos.  Es en este momento que los abuelos deben verter toda su experiencia y entrega amorosa.  Adicionalmente, una consulta de este tipo permite los abuelos  compartir gozosa, significativa y útilmente con sus nietos

Seguramente, al leer esto, se identifique como uno de esos padres o abuelos que se encuentran en esta situación. Es mi deseo que este artículo lo anime a asumir una decisión de cambio real para lograr mayor armonía familiar.  De esta manera cada miembro de su familia pueda ocupar el rol que le corresponde y generar relaciones saludables y enriquecedoras en su hogar.

 

Lic. Lorraine Isa

Psicóloga, terapeuta infanto -juvenil. Especialista en manejo de conducta,
hiperactividad, duelo, disciplina positiva, intervención en crisis y familia.

Centro Vida y Familia Ana Simó